Después de muchos años de recibir agua salina, los grifos de las casas, hoteles y establecimientos de restauración y ocio de Platja d'en Bossa, es Viver y ses Figueretes vierten «agua desalada», según anunció ayer el alcalde de Sant Josep, Josep Marí Ribas, Agustinet junto a la concejala de Urbanismo de Vila, Elena López (el primer de edil de Ibiza, Rafa Ruiz, asistía ayer a una reunión en Madrid del Grupo de Ciudades Patrimonio de la Humanidad).

El siguiente paso será conectar el depósito de ses Eres, el que desde septiembre suministra agua desalada a Sant Jordi y los núcleos de su entorno, con el de Can Fita y Cas Mut. Recientemente, se ha adjudicado esta obra, presupuestada en algo más de 180.000 euros y con un plazo de ejecución de dos meses (el alcalde cree que tardarán tres meses). «Este verano pienso que habrá agua dulce», aseguró Marí Ribas, consciente de que desde hace años los vecinos de estos dos núcleos «reclaman insistentemente con razón» el suministro de agua desalada.

Del mismo modo, el alcalde explicó que se están ejecutando las obras de conexión del depósito que abastece al núcleo urbano de Sant Josep y es Cubells, que también reciben desde hace años agua de muy mala calidad, con el de Puig Cardona, situado detrás de la casilla del kilómetro cinco de la carretera. Este último ya está unido al de ses Eres y, por tanto, al sistema de interconexión de las desaladoras de la isla. Marí Ribas calcula que entre abril y junio podría llegar «agua buena» a este sector del municipio.

Explicado el avance de las obras para garantizar el suministro de calidad a todo el municipio, el alcalde advirtió de que ahora el problema estriba en la falta de caudal de agua desalada. «Si no se pone en marcha la planta de Santa Eulària, y llegamos a una producción de 45.000 toneladas diarias [la suma de las tres desaladoras], en verano no cubriremos el servicio, a no ser que todos nos apretemos un poco», resaltó.

Caudal insuficiente en verano

Y la puesta en marcha de la desaladora de Santa Eulària, cuyas obras culminaron en 2011, no servirá de nada si no se conecta al anillo de distribución de agua de toda la isla. Desde finales de febrero, con tres meses de retraso, se están ejecutando estas obras. La empresa pública Abaqua, dependiente de la conselleria balear de Medio Ambiente, prevé que en agosto el sistema ya esté operativo. Su gerente, Antoni Garcias, también ha manifestado que en las puntas de verano la producción de las tres desaladoras de la isla no será suficiente para atender la fuerte demanda.

El suministro de agua desalada a Platja d'en Bossa, es Viver y ses Figueretes (una parte ya recibía ) beneficia a un total de 1.800 abonados (más de 3.500 residentes, según apuntó el alcalde).

El consumo actual de esta área se sitúa en 600 metros cúbicos diarios, pero en las puntas del verano, con la planta hotelera a pleno rendimiento (un hotel contabiliza como un abonado), se multiplica por diez y llega a alcanzar los 6.000 metros cúbicos diarios. Es el sector de Sant Josep donde se registra el mayor consumo.

El Consistorio ha ejecutado una conexión del depósito de Promisa, situado en la zona de Can Bufí, el que suministra a toda esta amplia zona de primera línea de mar, con el sistema de interconexión de las desaladoras. Pese a que el ramal que conecta las plantas desalinizadoras con el depósito de ses Eres pasa muy cerca del depósito de Can Bufí, la obra ha sido «compleja y ha costado mucho [se ha tenido que instalar un reductor de presión, entre otras cosas]», según el alcalde. El presupuesto ha sido de 30.000 euros.

Vila agradece esta obra

La concejala de Urbanismo de Vila, Elena López, dio las «gracias» al Ayuntamiento de Sant Josep por resolver, con la obra ejecutada, «la deuda histórica» que se tenía con este barrio del municipio de Vila. Hay que tener en cuenta que el suministro de esta zona de Vila depende del servicio de agua de Sant Josep.