­La cosecha de este año culminó el jueves, más tarde de lo habitual. El retraso se debe a que los operarios (Salinera Española cuenta con 13 trabajadores actualmente) tuvieron que dejar las tareas de recolección para atender la carga de cuatro barcos (dos con capacidad de 5.000 toneladas y otros dos de 4.500), procedentes de Escocia y Dunkerque, para destinar la sal a tareas de deshielo. Mañana está prevista la operación de carga del último de los cuatro buques.

El director de Salinera Española en Ibiza, José María Fernández, explica que hace tiempo que no se atendía la demanda de sal para eliminar la sal de las carreteras. La mayor parte de la producción de ses Salines de Ibiza se destina la salazón del bacalao en las islas Feroe y Dinamarca.

También se vende parte de la producción en Portugal.

«El mercado está reventado»

El precio de la sal ha bajado mucho en los últimos años, según explica Fernández. Hace dos años el precio de la tonelada de la sal era de 24 euros por tonelada, pero ahora se ha situado en 19 euros. «El precio lo marca el mercado, que está reventado», explica. «Hay mucho exceso de sal porque está habiendo buenas cosechas para todos y la competencia sigue siendo brutal», añade. Salinera Española compite con la explotación de Torrevieja (2.000 hectáreas con una producción de un millón de toneladas) en el suministro para la salazón del bacalao. «Nos ha obligado a todos a bajar los precios», apunta. Actualmente, en la montaña de sal de Can Gorra hay acumuladas entre 80.000 y 90.000 toneladas de sal.