Treinta años después de la aprobación (por unanimidad, como se recordó) de la Ley de Normalización Lingüística en el Parlament de les Illes Balears, la situación lingüística de las islas en general, y de Ibiza en particular, puede analizarse desde muy diversos puntos de vista, a veces contradictorios entre sí. En algunos aspectos el uso del catalán ha avanzado (la educación o el funcionamiento general de la administración pública) y en otros los avances han sido mínimos, inexistentes o incluso ha habido un retroceso (el comercio, la sanidad o el uso entre los jóvenes). Los medios de comunicación no son más que el reflejo de esta realidad social. Y los cambios sólo llegarán a través de un impulso decidido desde las administraciones públicas y de la presión de la ciudadanía reclamando sus derechos a poder vivir en catalán.

Todos estos aspectos fueron tratados en la mesa redonda ‘30 anys de Llei de Normalització Lingüística. On som. Cap on hauríem d’anar’, con la que el Institut d’Estudis Eivissencs clausuró la edición XLII del Curs Eivissenc de Cultura, celebrado este año íntegramente en las instalaciones del Club Diario de Ibiza. Conducido por la profesora y representante del Institut Joana Tur, participaron en el coloquio los periodistas Marta Torres, Vicent Tur y Juan Antonio Torres, y la profesora Margalida Marí.

Respecto a la situación actual, Juan Antonio Torres afirmó que durante estos treinta años los ibicencos en general «hemos aprendido a querer y valorar más nuestra lengua, pero nos sigue faltando capacidad de contagiar este aprecio a toda la gente que va llegando a nuestra isla». Marta Torres, por su parte, constató que en la isla a veces parece haber «dos mundos que se dan la espalda», por una parte «determinados políticos, instituciones, la educación…» y por otra, la gente que vive al margen de estos ámbitos. Ambos coincidieron en señalar que ha aumentado el conocimiento de la lengua propia, pero que mucha gente que la conoce no la usa. Entre las causas, según Juan Antonio Torres, hay que destacar que, en realidad, la lengua catalana no es necesaria para vivir en Ibiza, mientras que Marta Torres quiso incidir en la falta de valor que los catalanohablantes dan al hecho de usar su lengua: «Si nosotros no la valoramos, ¿cómo vamos a hacer que los recién llegados la valoren», se preguntó.

Vicent Tur indicó que no debemos obviar la responsabilidad de las administraciones públicas: «Durante estos treinta años, ¿se ha hecho algo destacable desde las administraciones de las islas Balears?, la respuesta seguramente es que no, que nadie ha actuado de manera decidida».

Margalida Marí quiso incidir en este aspecto: «con políticas decididas habríamos avanzado mucho más», para más adelante añadir que «aunque la Ley de Normalización Lingüística fue aprobada por unanimidad, no ha habido el convencimiento necesario para aplicarla de forma efectiva». Pero Marí matizó que no toda la responsabilidad es de la administración: «Los catalanohablantes debemos adquirir un compromiso y tener un orgullo de tierra que no siempre existe».

El papel que juegan y el que deberían jugar los medios de comunicación estuvo muy presente en el debate. De forma unánime se consideró que la situación en ellos de la lengua catalana es francamente mejorable, tanto en la prensa escrita, en la cual aparece de forma demasiado testimonial, como en radio y televisión, donde las emisiones en ésta lengua recogen índices de audiencia muy bajos. No es de extrañar, teniendo en cuenta que, como afirmó Margalida Marí, «los medios de comunicación son un reflejo de la sociedad».Medios de comunicación

Medios de comunicaciónVicent Tur hizo un repaso a la situación de la lengua catalana en los medios insulares y puso algún ejemplo de iniciativas positivas que han funcionado para ir introduciendo progresivamente contenidos en catalán, como está ya haciendo el periódico Menorca. Incidió en la necesidad de «prestigiar la lengua, algo que puede hacerse mucho mejor desde la prensa escrita». Marta Torres puntualizó que, en todo caso, se ha de evitar «crear un reducto de información en catalán sobre temas muy locales, mientras la información general sigue siendo en castellano», un peligro que se ha tenido muy en cuenta a la hora de redactar el suplemento Mola de Diario de Ibiza. Para Juan Antonio Torres «hay que fijarse en modelos que funcionaron en su momento, como la programación infantil de TV3 de los años noventa», mientras que para Margalida Marí habría que explorar nuevos ámbitos, como podría ser un suplemento con las actividades deportivas locales. En cualquier caso, todos coincidieron en la necesidad de manifestar la demanda de prensa en catalán para que la iniciativa privada se atreva a invertir.

Si el futuro de la lengua catalana ha de medirse por el uso que hace la clase política de esta lengua, no es demasiado prometedor. Según los periodistas presentes, «todos los políticos saben catalán, pero cada vez lo utilizan menos; las ruedas de prensa en catalán son ahora menos habituales», como dijo Juan Antonio Torres. Marta Torres lamentó que «todos hemos escuchado discursos de políticos ibicencos en un castellano pésimo para un público catalanohablante».

El motivo de esta forma de actuar probablemente sea que creen que no hablar en catalán no les va a quitar votos.

Todos los ponentes incidieron en la responsabilidad de los cargos públicos, que tendrían que ser conscientes de su papel ejemplarizante ante la sociedad a la que dicen representar. Aunque no sabemos si esta reflexión les llegará, ya que ninguno de los responsables de las políticas de normalización lingüística municipales o insulares estuvo presente en el acto.