El Black Friday, que desde ayer ya explotaban las grandes cadenas y al que hoy se suman los pequeños comercios, nació hace unos años como una campaña de venta on line a la que poco a poco se han ido sumando las tiendas físicas. En España se trata de una moda relativamente joven con gran protagonismo para las grandes cadenas y en Ibiza este día es esperado con «optimismo» por los comerciantes «porque supone un poco el arranque de la campaña navideña y además viene a alegrar un mes de noviembre que por lo general es bastante malo», comentaba ayer el presidente de la Asociación de Comercio Minorista de la Pimeef, José Javier Marí Noguera.

Marí Noguera no quiso aventurar las previsiones de los comerciantes para este fin de semana, «al tratarse de una venta muy diseminada», pero confió en que se obtengan buenos resultados. «De 2014 a 2015 se duplicó la venta, porque también cada vez hay más tiendas que se suman a la campaña», señaló el presidente de los comerciantes, para quien las iniciativas que impulsan «los propios comerciantes, las asociaciones o los ayuntamientos como Vila y Santa Eulària», también son importantes para animar las calles y la venta.

Por sectores

Sobre los sectores en los que puede influir más esta campaña, lógicamente el tecnológico, donde las grandes tiendas y marcas echan el resto estos días de cara a la Navidad con grandes promociones, es uno de los platos fuertes. «Si uno está esperando para comprarse una tablet, un ordenador o una televisión, igual aprovecha para comprarla ahora porque es un buen momento», señaló Marí.

El calzado y la ropa también son otros productos que calan mucho entre el consumidor ibicenco, «porque por la época del año en la que estamos la gente aprovecha para equiparse de cara al invierno», apuntó el comerciante.

Marí recordó que el primer año que empezó el Black Friday era un elemento «diferenciador», pero que cada vez tiene más arraigo entre comerciantes y clientes de la isla y que es «una buena oportunidad» para comprar de cara a las Navidades.

Además, el efecto del viernes negro también ha causado un cambio en el calendario de los consumidores. Si antes el inicio de las ventas navideñas solía coincidir con el puente de la Inmaculada, ahora el pistoletazo de salida se da con el Black Friday.

Pero estas campañas puntuales, aunque disparen las ventas un fin de semana, también tienen su lado negativo. «En los últimos días hemos comprobado una ralentización de las ventas por ese efecto de espera en el consumidor ante las posibles ofertas que puedan encontrar y, muchas veces, al final lo que ganas por un lado lo pierdes por otro», advierte Marí.

Las nuevas costumbres

El poder de la venta on line por parte de las grandes plataformas minimiza bastante el trabajo de los pequeños comerciantes, con escasos recursos para competir en precios. «Al menos, el hecho de que las grandes cadenas físicas lleguen con importantes promociones anima a los clientes a salir a la calle y visitar otras tiendas, pero la verdad es que hoy en día el consumidor va a tiro hecho, entra en una plataforma para ver lo que hay y apenas compara con otras cadenas porque la diferencias es mínima», señaló.