El sobrecoste de las autovías de Ibiza no para de crecer, a medida que el Govern balear va realizando nuevas averiguaciones. Aparte del espectacular aumento que experimentó la realización de las obras, que pasó de la decena de millones de euros a 172 millones, se añaden los costes extra generados por la forma en que el Govern del PP decidió pagar este proyecto, usando el sistema del peaje en sombra. Esa fórmula está generando a las arcas públicas de Balears un sobrecoste añadido de 426 millones de euros, que siguen pagándose todos los años a costa de mermar las disponibilidades presupuestarias para otras inversiones en las islas.

El conseller de Movilidad y Territorio del Govern, Marc Pons, desveló estas cifras durante la sesión del Parlament balear celebrada ayer, respondiendo a una pregunta formulada por el diputado ibicenco de Podemos Aitor Morrás.

Pons no dudó en afirmar que el pago mediante el sistema de peaje en sombra de las autovías de Ibiza constituye «una bomba de relojería que fue diseñada por gente que sabía lo que hacía y que, de forma perversa, consiguió que pagasen mucho más del coste real de las obras».

De este modo, cuando finalice el pago de las anualidades, en el año 2030, los ciudadanos de Balears habrán abonado nada menos que 598 millones de euros «por unas obras que costaron 172 millones», señaló Pons.

Distorsión en el recuento

Tan abultado exceso es consecuencia, explicó, de la forma en que se mide el tráfico de la autovía de Sant Antoni. Según el contrato firmado en su día, ese nivel de tráfico serviría para calcular el importe de las anualidades. Sin embargo, de los 13 puntos de conteo de coches que preveía el proyecto de la autovía de Sant Antoni sólo se terminó instalando uno, «y esto distorsiona» los resultados, señaló el conseller en la Cámara balear. En la autovía del aeropuerto, en cambio, se instalaron los cinco puntos de recuentos previstos, y allí «se mide bien», afirmó.

Como consecuencia de estos hechos, el Govern balear progresista encargó, nada más entrar, un estudio para averiguar el tráfico real en la autovía de Sant Antoni y se establecieron ocho puntos que permitieron detectar que hay un 19% de tráfico menos del que había dado por bueno el Ejecutivo del PP.

«Replanteamiento»

Esta situación supone «un replanteamiento obligatorio» de las condiciones del contrato firmado en su día, según el conseller. Sin embargo, Pons admitió que, al estar este punto previsto en el pliego de condiciones, debería haber un acuerdo con la concesionaria o, en caso contrario, iniciar litigios judiciales.

El diputado de Podemos Aitor Morrás señaló que el conseller, en su respuesta, pasó por alto otros sobrecostes de las autovías, que elevarían su coste final a más de 800 millones de euros. Entre esas cantidades de las que «se olvidó» el conseller Marc Pons figurarían los 100 millones de aumento de coste que conllevó la firma de sendas resoluciones, por parte del exconseller progresista Jaume Carbonero, en el año 2011, que elevaban las percepciones de las empresas constructoras por el peaje en sombra. También dijo Morrás que no citó Pons, entre otras cantidades, los 30 millones de euros que deberá pagar el Govern por sobrecostes derivados de las manifestaciones y protestas que retrasaron la ejecución de las obras.