La Comisión Balear de Medio Ambiente ha informado desfavorablemente el proyecto de creación de una granja de lenguados en las inmediaciones de la playa de es Codolar, justo al lado del Parque Natural de ses Salines, al considerar que puede tener un impacto negativo sobre esta zona protegida. La decisión de este organismo deja prácticamente herido de muerte este proyecto, que impulsaban unos empresarios ibicencos, Granja Marina d´Ibiza, SL.

La granja de lenguados debía tener como principal infraestructura una nave industrial metálica, de 3.000 metros cuadrados de superficie y siete metros de altura, que albergaría el grueso de las instalaciones para la cría y engorde de los peces. Aunque esta nave no está dentro de los límites del Parque Natural de ses Salines, sino en su zona periférica de protección, la Comisión Balear de Medio Ambiente ha tenido en cuenta un informe emitido por los técnicos del Parque Natural, que no ven viable el proyecto.

En concreto, el citado documento señala: «La nave proyectada causará un impacto paisajístico importante en una zona agrícola, difícil de disminuir a tolerable con las medidas correctoras asumibles económicamente para un proyecto de estas características».

Instalación «industrial»

El mismo informe añade que el Plan de Ordenación de los Recursos Naturales de ses Salines establece que los usos de la zona periférica de protección «han de fomentar la conservación de la calidad paisajística y de la biodiversidad, y también los usos ligados al uso rústico de estos terrenos». Sin embargo, «esta infraestructura no conserva ni la calidad paisajística ni la calidad de la biodiversidad, ni tampoco se trata de un uso ligado al uso rústico de la zona; de hecho, todas las características que tiene son de un uso industrial», añade el dictamen que ha tenido en cuenta la Comisión Balear de Medio Ambiente.

Los técnicos recuerdan que en la zona periférica de protección no se admiten casas unifamiliares de más de una planta o con una densidad superior a una vivienda cada 30.000 metros cuadrados; tampoco nuevos polígonos industriales y de servicios, nuevos tendidos aéreos, canteras o plazas turísticas.

El proyecto que había presentado Granja Marina d´Ibiza SL contemplaba extraer el agua necesaria desde un pozo, que al parecer se halla salinizado, y se conduciría el caudal a través de una tubería que discurriría por el torrente de sa Cova. El agua sobrante iba a devolverse al subsuelo mediante un pozo de inyección previa depuración. La actividad de engorde de los lenguados requeriría la aportación de un volumen de agua de 1.200 metros cúbicos, que circularía por un circuito cerrado. Se tendría que renovar entre un 5 y un 10% del caudal para compensar las pérdidas por evaporación.

La empresa preveía producir 120 toneladas de lenguados al año, mediante la introducción en los tanques de casi 300.000 alevines de cinco gramos. Se necesitarían 150 toneladas de pienso.