­Un hombre que el domingo por la mañana estaba realizado pesca submarina en el Port de ses Caletes se encontró con una culebra de herradura (Hemorrhois hippocrepis) que estaba nadando alrededor de uno de los pequeños islotes de la zona norte de este cala, muy cerca de la orilla. Pedro Ruiz, que en ese momento estaba pescando en el lugar, fotografió al hombre que encontró la serpiente. «La culebra estaba nadando y la sacó el hombre que estaba haciendo pesca submarina», explicó Ruiz.

El pasado mes de abril otro pescador fotografió una culebra de herradura nadando en sa Cala de Sant Vicent, muy cerca de donde el buceador se topó el domingo con otra. El verano del año pasado ya saltó la alarma en Mallorca, cuando se avistaron culebras nadando en la costa de Capdepera.

Es la demostración de que este tipo de culebra puede nadar en agua salada y la constatación de que tarde o temprano podrían acabar llegando a los islotes de Tagomago, es Vedrà o els Illots de Ponent, refugio de aves en peligro y de fauna endémica.

El Govern balear anunció el martes que el Ministerio de Medio Ambiente, junto con la Comunitat Autònoma y el Consell de Ibiza, está preparando una norma de ámbito estatal encaminada a combatir la entrada de serpientes, tanto en Ibiza como en algunas islas de Canarias, que también se están viendo afectadas por este problema.

De momento, la conselleria de Medio Ambiente no tiene previsto restringir la entrada de olivos, pese a que reconoce que es el factor causante de la proliferación de ofidios en las Pitiusas, que podrían acabar por ocasionar daños muy graves en la población de lagartijas.

Las lagartijas endémicas pitiusas suponen el 57% de la dieta de esas serpientes, según las conclusiones de un estudio sobre su alimentación realizado por Elba Montes Vadillo, técnica de la conselleria ibicenca de Medio Ambiente, junto a Juan Manuel Pleguezuelos Gómez, catedrático de Zoología de la Universidad de Granada y presidente de la Asociación Herpetológica Española.