El universo desde Ibiza
Tauro: la constelación de las Pléyades y las Híades
En esta región del cielo se encuentran dos de los cúmulos abiertos de estrellas más conocidos del firmamento

Constelación de Tauro, que los antiguos imaginaban como un toro / Stellarium
Miguel Ángel Guerrero | Ibiza
Probablemente, una de las constelaciones conocidas desde más antiguo sea Tauro, junto a Escorpio y Leo. Hace más de 4.000 años, los babilonios iniciaban su calendario cuando el Sol cruzaba Tauro, en el equinoccio de primavera. Desde tiempos remotos, se ha vinculado este grupo de estrellas con la llegada de las lluvias.
Tauro es la única constelación atravesada por los tres ejes de referencia celestes: el ecuador galáctico (que divide la vía láctea en dos mitades), el ecuador celeste (la proyección en el cielo del ecuador terrestre) y la eclíptica (la trayectoria que siguen el Sol, la Luna y los planetas en su movimiento por el cielo).
La estrella más brillante de Tauro es la gigante roja Aldebarán, el ojo del toro. Se trata de la 13ª estrella más brillante del cielo, de un tamaño de 44 soles. Forma un sistema doble con una tenue enana roja, invisible salvo con potentes instrumentos. Se cree que tiene un planeta orbitando, aún sin confirmar. Comparando su posición en los catálogos antiguos, Halley pudo demostrar el movimiento propio de las estrellas, que tradicionalmente se habían considerado fijas en el cielo. La sonda Pioneer 10, lanzada en los años 70, llegará a Aldebarán dentro de un millón y medio de años.
En Tauro se hallan dos de los cúmulos abiertos de estrellas más cercanos a la Tierra. Se trata de las Pléyades y las Híades, visibles a simple vista y perfectos para contemplar con prismáticos, pues ofrecen una espectacular visión de estos cúmulos.
"Las lluviosas"
Las Híades (´las lluviosas´ en griego) es el cúmulo abierto más cercano a nosotros. Representa la cabeza del Toro y forma una V alrededor de Aldebarán, aunque esta estrella, en realidad, no forma parte del cúmulo, pues está a medio camino entre las Híades y nosotros. En la mitología griega eran simbolizadas por las lágrimas que las hermanas Híades derramaban por la muerte de su hermano.
Las Pléyades (conocidas como ses Cabrelles en Ibiza y Formentera) son también un grupo de estrellas jóvenes (de ahí su color azulado) que acabarán separándose entre sí en un tiempo corto, astronómicamente hablando. Sus siete astros principales forman un dibujo parecido al de la Osa Mayor, pero en miniatura, aunque puedan llegar a verse 8 o incluso 9 estrellas. Antiguamente, su aparición marcaba en muchas culturas el comienzo del año y la época de cosecha.
En la parte noroeste de Tauro se encuentra la Nebulosa del Cangrejo, que no son sino son los restos del tremendo estallido de una estrella de gran tamaño (lo que se conoce como supernova), acontecimiento que fue visto en el año 1054 por astrónomos chinos y árabes. Esos restos continúan actualmente en expansión, aunque para su observación se precisa un telescopio mediano y cielos oscuros. En el catálogo Messier es el objeto M1.
Tauro presenta un dilema mitológico. Para unos es un gran animal colocado en el cielo por Hera para defender a las Pléyades frente al cazador Orión, que las perseguía sin descanso y, de hecho, está frente a ellas en el firmamento. Para otros, es el dios Zeus que se transformó en toro para engañar a la joven Europa, cruzando el mediterráneo con ella hasta Creta. Otras versiones afirman incluso que es el toro contra el que luchó el legendario Gilgamesh (siendo éste Orión) en su famosa epopeya, uno de los relatos más antiguos conocidos por la Humanidad.
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