Los barrios de Can Bonet y ses Païsses de Sant Antoni aprovecharon ayer el día grande de sus fiestas patronales de la Sagrada Familia para la celebración del acto de colocación de primera piedra de lo que será su futura parroquia, una ampliación de la capilla construida en 1986 y que hace tiempo que se quedó pequeña. El acto, que se celebró tras la misa y la procesión, estuvo presidido por el obispo, Vicente Juan Segura, acompañado por el presidente del Consell de Ibiza, Vicent Serra, la alcaldesa de Sant Antoni, Pepita Gutiérrez, el senador José Sala y otras autoridades. La primera piedra simbólica es una caja en la que se guardaron monedas y los periódicos del día y sobre la que echaron tierra muchos de los presentes.

Se trata de un viejo proyecto del Obispado que llevaba años de espera. De hecho, en una de las primeras visitas de Vicente Juan Segura al barrio ya habló de la necesidad de la ampliación: «Es una de las zonas de la isla que más ha crecido», dijo entonces el obispo, que se reafirmó durante las fiestas del pasado año, cuando anunció que el proyecto estaba ya en marcha. La ampliación se construirá en el terreno adyacente de la actual capilla, que ahora depende de la parroquia de Sant Antoni y que cuando se convierta en parroquia pasará a depender directamente del Obispado.

El aparejador del proyecto es Antoni Marí, Botja, que conocía esta necesidad ya de cuando era alcalde del municipio.

La capilla, obra del arquitecto Josep Antoni Zornoza, es una construcción blanca y luminosa. Fue edificada en honor de la Sagrada Familia, patrona de las migraciones, porque en los barrios a los que da servicio, Can Bonet, ses Païsses y Can Guillamó, es en los que se instalaron muchas familias de otras poblaciones de la isla y de la Península atraídas por el boom turístico que vivió Sant Antoni a partir de los años 60.