Terminar con los pies teñidos de negro tras pisar parte de los 300 kilos de uva era una de las mayores recompensas de Laia Juan, la primera de la decena de valientes que se encaramaron a un fonyador colocado en las proximidades de la iglesia de Jesús para enseñar a los vecinos cómo se elabora el vino de forma tradicional. Aparte de esta actividad, que se celebró ayer por la tarde por sexto año consecutivo con motivo de las fiestas del pueblo, vecinos y turistas pudieron disfrutar de la primera Muestra de Variedades locales de uva de Ibiza y Formentera, organizada por el grupo de acción local Leader.

«Esta iniciativa sirve para que la gente vea cómo se hacía el vino antiguamente y para fomentar la interacción con los vecinos. Además, hay que mantener las buenas costumbres», explica Maribel Juan, miembro de la comisión de Fiestas de Jesús. Su familia ha cedido el fonyador en el que se pisaron un total de 300 kilos de uva, donados por otro vecino de Jesús. En total, se extraerán unos 150 litros de vino. Sin embargo, como cada año, no se podrá comprobar el resultado hasta Navidad.

Por su parte, Raquel González, ingeniera agrónoma de Leader, era la responsable de mostrar a los curiosos los 15 tipos de uva que se encuentran en las Pitiusas, entre los que destacan la monestrell, la palop y la giró. «Sabemos que en Ibiza y Formentera hay unas 20 variedades de uva. En los próximos meses intentaremos recopilarlas todas, ya que nos faltan cinco por localizar»·, explicó González.

En la carpa del grupo Leader se encontraba Cardinale Christian, un amante del vino que nació en Argelia y cuya madre era ibicenca. «Vivo en Yerres, una ciudad que está a 20 kilómetros de París y allí he formado una asociación vinícola. Así que cuando supe que se pisaría uva en la calle, decidí venir sin pensármelo dos veces», contó Christian, que aseguró que lleva más de 60 años veraneando en Ibiza. Mientras este residente en París le preguntaba a la experta de Leader por las variedades de esta fruta, Ruth Budia, de 11 años, esperaba su turno para subir al fonyador. «Vengo todos los años porque me parece divertido pisar la uva», señaló Budia.