Marta Torres cumple 20 años al frente de la galería que lleva su nombre en la calle Conde Roselló de Vila. Todo un récord en una época en la que la isla ha asistido a un doloroso goteo de cierres de salas de este tipo. Muestra, entre orgullosa y emocionada, un álbum que recoge los recortes de prensa de una andadura que comenzó exactamente el 26 de julio de 1994.

Todo comenzó poco después de terminar sus estudios Bellas Artes. Regresó a Ibiza donde conoció a la directora del MACE, Elena Ruiz Sastre, quien le propuso trabajar como conservadora. «A partir de ahí comencé a contactar con muchos artistas y, como me apetecía montar algo por mi cuenta, decidí abrir una galería en el local donde está todavía hoy», recuerda. «Lo imaginé al principio como un punto de encuentro entre amigos, donde compartir exposiciones y charlas, pero la cosa se fue profesionalizando porque cada vez había más artistas interesados en exponer», explica la artista y galerista.

No ha sido un camino fácil. Torres no oculta que ha pasado por años muy duros «realmente difíciles» en los que fue todo un reto compaginar su vida personal, como madre de tres hijos, con su carrera artística y la galería. «A veces ha sido muy agobiante y nunca he tenido ninguna ayuda de ninguna institución ni entidad cultural», lamenta, pero remarca al mismo tiempo que es positivo para un artista «mantener una cierta independencia para no perder frescura». Torres asegura que en no pocas ocasiones ha pensado en cerrar la galería. «Pero después me picaba el gusanillo y volvía a empezar y a luchar», remarca.

Se ha sentido «muy respaldada» por muchos artistas que la han animado a continuar «y que han considerado a la galería como una parte de su casa». Esa ha sido una inyección de energía imprescindible junto con el apoyo de Caty Pincay, su asistente, que trabaja con Torres desde los inicios de la galería. «Ha sido mi máximo apoyo, una persona que en los momentos bajos me ha animado a continuar. Siempre ha estado ahí», subraya.

No ha encontrado el mismo respaldo por parte de las instituciones, que cree que deberían implicarse más con la cultura. «En estos momentos la gente invierte muy poco en arte y es normal que hayamos asistido a tantos cierres si no se cuenta con ningún apoyo», explica y añade que le resulta triste que las instituciones no sepan ver la riqueza que supone «que tantos y tantos artistas trabajen en la isla».

Pero en su balance personal, las conclusiones son positivas. La galería ha acogido unas 160 exposiciones a lo largo de su trayectoria y, aunque es reticente a dar nombres cuando se le pregunta por los más destacados, sí cita algunos con los que ha tenido una relación más estrecha: «Carlos Sansegundo, Ferrer Guasch, María Ríos-Coello, Tauste, Renato Steinmeyer, Willy Márquez, Júlia Ribas, Juan Mayans, Cristina Ereñú y Cora Alonso», entre muchos otros.

Y, entre las centenares de anécdotas que ha recopilado en todos estos años, destaca la visita de Barry Flanagan a su galería. «Me pidió que posara para él», dice divertida. El resultado fue un retrato que guarda como oro en paño. «Sus comentarios sobre mi obra me animaron mucho, recuerdo que me dijo que lo interesante de una obra es que sepas de quién es sin tener que leer la firma», rememora.

Para celebrar los 20 años de la galería Marta Torres abre mañana la exposición ´Entre el sol y las piedras´. «No he preparado una inauguración especial, simplemente abriremos puertas a las 19 horas», anuncia. La exposición se podrá ver hasta el 30 de agosto.

Además, Torres colabora con la galería Artic Blue, de Rose Marie Bellemur, con la que viajará a la exposición ´Art en Capital´ de Grand Palais de París en noviembre. Así, la obra de Torres está recibiendo una excelente acogida en la capital francesa, donde forma parte de los fondos de varias galerías y donde ha protagonizado exposiciones individuales. Tanto es así que, aunque confía en mantener la galería en Eivissa, no descarta trasladarse allí en un futuro.