La directora del instituto Balàfia, Margalida Marí, achacó ayer directamente a los recortes el aumento de la conflictividad en las aulas que, según la memoria del Institut per a la Convivència, se registró el curso pasado en los centros de las Pitiusas. En este mismo sentido se manifestó el director del instituto Algarb, Rafael Recio. Los datos de este organismo dependiente de la conselleria balear de Educación afirman que el curso 2012-2013 los centros de las Pitiusas tramitaron un total de 172 expedientes disciplinarios, 140 más (esto es, más de cinco veces más) que en el curso anterior. La memoria ya adelantaba que algunos de los centros achacaban los resultados a los recortes efectuados en los últimos años.

Tanto estos dos directores como la máxima responsable del instituto Quartó de Portmany, Carmen Guasch, sin embargo, aseguran que no tienen la sensación de que la conflictividad en las aulas haya aumentado en la medida que señala la memoria.

«No tengo la percepción de que, a nivel general, el curso pasado aumentara tanto», afirma Marí, quien, sin embargo, reconoce que sí se registraron más problemas en los grupos de primero de Secundaria. Marí cree que esto se debe a que el curso pasado la conselleria aumentó el número máximo de alumnos por aula hasta 30 y, además, incrementó las horas lectivas de los docentes.

«Si hay un 20 por ciento más de alumnos y los profesores tienen menos tiempo para atenderlos, aumentan las posibilidades de que se produzcan conflictos. En un aula con doce estudiantes es muy difícil que los haya», insistió Marí, que destacó que el curso pasado algunos grupos de primero de Secundaria eran «ingobernables» y se producían problemas casi cada día. Para la directora, una muestra de que los recortes son los causantes del incremento de la conflictividad se encuentra en que este curso, que la conselleria les ha permitido crear un grupo más de primero de Secundaria para reducir el número de alumnos por aula, se están contabilizando menos problemas de disciplina y comportamiento en el instituto.

Menos implicación familiar

La directora del Quartó de Portmany, por su parte, asegura que, al menos en su centro, no ha aumentado el absentismo escolar, como también ponía de manifiesto la memoria del Institut per a la Convivència (un 255% el esporádico, un 43% el intermitente y un 132% el crónico). «No ha habido apenas absentismo», insistió la directora del instituto de Sant Antoni, que destaca que cuando detectan casos de absentismo recurrente lo ponen en conocimiento de los servicios sociales del Ayuntamiento.

En el caso de la conflictividad, Guasch señala que el aumento viene siendo progresivo en los últimos años, pero que no se incrementó drásticamente el curso pasado, como afirma la memoria. La directora está convencida de que tanto esto como algunos de los casos de absentismo se deben a la cada vez menor implicación de los padres en la educación de sus hijos. «No les enseñan las cuatro normas básicas de educación y algunos faltan a clase porque no les controlan. No se levantan por la mañana y nadie vigila que vayan a clase», insistió.

El director del instituto Algarb, en Sant Jordi, también niega el incremento de la conflictividad y del absentismo en las aulas de su centro el curso pasado, aunque destaca que aumentó el número de mediaciones. Recio detalla que el centro cuenta con un plan de convivencia que intenta, a través de la mediación, evitar sanciones y apertura de expedientes a los estudiantes. «El curso pasado se hicieron más mediaciones que otros años, pero eso es positivo porque se reducen las sanciones», insiste el director del Algarb. Rafael Recio coincide con Marí en que las dos horas lectivas de más que están haciendo los docentes impide que puedan atender, como venían realizando hasta ahora, otros aspectos como la conflictividad. «No se puede hacer tanto como se hacía antes», insiste.

Menos absentismo

De la misma manera que la directora del Quartó de Portmany, Recio niega que haya aumentado el absentismo, algo que está convencido que se debe a la presencia, desde hace dos cursos, de un policía tutor. «Es algo automático, instantáneo, cuando detecta a algún alumno fuera de clase en horario lectivo, lo lleva al instituto. Realiza muchas actuaciones», apunta.

El director del instituto de Sant Jordi indica que este curso aún no tienen contabilizadas las faltas de asistencia, de manera que desconocen aún si el absentismo está aumentando o reduciéndose. «Ahora no es tan inmediato como antes. Con el aumento de horas lectivas tienes menos tiempo que antes para pasar las faltas, que es un trabajo», concluye Recio.