Aunque el incremento de las denuncias por violencia de género no es percibido por los fiscales de Ibiza, al no llevar uno de ellos estos asuntos específicamente, comentan que el tercer trimestre del año es el de más trabajo. Dicen que se dan casos de turistas que, después de ingerir alcohol, protagonizan episodios de violencia que acaban en el juzgado: «En verano hay muchos casos de extranjeros y estos o se conforman [con la condena pedida] o van a su país y no vuelven».

También han visto que muchas denuncias que llegan acaban sobreseídas, pero insisten en que no se trata de denuncias falsas, sino que se debe a distintas situaciones. Por una parte, señalan que hay casos de parejas en procesos de separación o con una relación muy deteriorada en las que hay discrepancias, se dicen palabras malsonantes o lo que la mujer interpreta como una amenaza pero que los fiscales consideran que no son casos de violencia de género. Otra situación son los casos en que testigos ven una pelea y llaman a la Policía y luego cuando la pareja llega al juzgado ella niega que fuera víctima de un maltrato.

Y también se sobreseen denuncias de maltrato psicológico que, según fuentes de la Fiscalía, son «difíciles» de probar. Sobre este asunto, comentan que es necesario un informe pericial que acredite dicha situación, que no es puntual sino que se prolonga en el tiempo, y que en los juzgados llevan ya «dos o tres años» sin hacerse por falta de recursos.

«Las agresiones físicas se suelen resolver en la guardia», apuntan y añaden que las víctimas tienen un parte médico y lo ocurrido es «tan evidente» que el hombre acepta la pena. En estos casos intentan fomentar los trabajos en beneficio de la comunidad si es la primera condena. «Con las amenazas, las coacciones o el maltrato psicológico hay más problema», agregan.

Sobre estas conformidades, dicen que no se dan si el hombre está convencido de que no es culpable o si tiene antecedentes, pues podría entrar en prisión. Esos asuntos se llevan a los juzgados de lo Penal y los fiscales se encuentran con que, al haber pasado varias semanas entre los hechos y la fecha del juicio, la situación entre la pareja «se ha tranquilizado» y muchas mujeres ya no quieren declarar e incluso desean retirar las denuncias.