­El día grande de la fiestas de Cala Llonga contó ayer con actividades para todos los gustos. Por la mañana, el Club de la Moto Clásica de Ibiza y Formentera realizó un desfile por las calles de la localidad, que se inició en el bar Toni, donde a las 11 horas se podía ver a curiosos y turistas admirando la exposición. Casi una veintena de motos antiguas componían la muestra preparada para celebrar el 20 aniversario del club. Su presidente José Guasch (51 años), apuntaba que «ninguna de las motos tiene menos de 40 años».

Minutos más tarde, en el barrio Los Espárragos, tenía lugar la misa de la Asunción de la Virgen María, en la capilla de Cala Llonga, con la presencia de casi 200 personas. Pocos minutos antes, los 20 miembros del coro rociero de Santa Eulària ensayaban en el mismo recinto su actuación mientras empezaban a llegar los feligreses y turistas. Isaac Sancho (69 años), director del coro, comentaba que era la segunda vez que tocaban en estas fiestas y que aún se consideraban un «coro nuevo».

La capilla se encuentra al aire libre y cubierta por los copos de los pinos que regalan sombra a los asistentes. Milagros Soriano, tiene varios hijos en Ibiza y conoce muy bien la isla, pero nunca había asistido a esta misa y le sorprendió que se celebre en un recinto sin cubrir.

Las autoridades llegaron justo a las 12.30 horas, se sentaron en las primeras filas y entonces el párroco de Santa Eulària, Vicente Ribas, le hizo una señal con la mano al coro, que empezó a interpretar la Misa del Alba de los Romeros de la Puebla y el acto dio comienzo. Josep Moyà, párroco de Sant Josep, ofició la eucaristía e invitó a los asistentes a seguir el ejemplo de María y buscar la felicidad «a pesar de los muchos obstáculos de la vida».

La gran novedad de este año en la capilla eran las nuevas campanas ,que han colocado esta semana y a las que hizo mención Ribas para posteriormente bendecirlas: «Antes teníamos el campanario, pero sin campanas, bueno, campanas había, pero se las llevaron».

Alberto Retana (50 años) es de San Sebastián y está en Ibiza de vacaciones con sus mujer Amaia Lasa y sus dos hijos. Ayer era su último día en la isla y quiso disfrutar de las fiestas de Cala Llonga antes de irse. Retana grabó todo el acto con su cámara de vídeo y aseguró que le había gustado porque era «una celebración diferente».

Esta misa con asistentes de todo tipo de nacionalidades terminó a las 13.30 horas, dando comienzo a la procesión de la imagen de la virgen, aunque solo por las calles del barrio, ya que hacía «mucho calor», para bajar hasta la playa, resaltó Ribas. Por la tarde tuvo lugar el desfile de carros y el ball pagès.