­Medio centenar de representantes de la Federación de Asociaciones de Padres de Alumnos (FAPA), sindicatos, la Coordinadora de Professorat Preocupat y estudiantes se concentraron ayer en el paseo de Vara de Rey para manifestar, a través de un comunicado, su disconformidad con las medidas educativas emprendidas tanto por el Govern balear como por el Estado. En una tórrida mañana, bajo la sombra de un ficus, uno de los participantes leyó un manifiesto en el que arremeten tanto contra el decreto balear de Tractament Integral de Llengües (TIL) que el Govern aplicará a partir del próximo curso como contra el anteproyecto estatal de ley de mejora de la calidad educativa (Lomce) por su carácter «regresivo».

También avisan de que no cejarán en sus reivindicaciones y que preparan «una serie de movilizaciones para el próximo curso, sin descartar ninguna opción», incluso «una huelga indefinida» a partir de septiembre: «No dejaremos que la educación pública de calidad desaparezca en manos de unos gobernantes que, tras 35 años de democracia, no han sido capaces de llegar a un consenso», dicen.

A juicio de los autores del manifiesto, el TIL «tiene como único objetivo arrinconar la lengua catalana y, a costa de eso, conducir a los alumnos al fracaso escolar al imponer el inglés en los centros sin un plan previo de formación tanto del profesorado como del alumnado».

Aseguran que el fin de lograr una formación trilingüe «es solo de cara a la galería», pues el profesorado no está capacitado para impartir las clases en inglés. Pero tampoco los estudiantes para recibirlas. A juicio de Conchi Romero, presidenta de la FAPA, los que más van a padecer las consecuencias de la aplicación del TIL serán los alumnos de Secundaria, que carecen de conocimientos en la lengua de Shakespeare tanto para leer ´A Midsummer Night´s Dream´ como para comprender en ese idioma qué es un logaritmo neperiano.

También consideran que el anteproyecto de la Lomce representa «un retroceso del sistema educativo a épocas predemocráticas, con una propuesta mercantilista de la educación que trata al alumnado como si fuera mercancía al servicio de la competitividad económica y que fomenta el servilismo». Creen que es una «ley privatizadora», algo que se persigue «mediante los conciertos con escuelas privadas».

Precisamente, advierten de que en Ibiza esos conciertos económicos «ya se están aplicando antes de que la Lomce entre en vigor».

Entre los numerosos defectos que detectan en la Lomce destacan que elimina becas, aumenta el precio de las tasas y resta horas a materias como Educación Plástica, Música, Ética, Tecnología, Cultura Clásica o Filosofía, mientras que, por el contrario, «otorga un lugar privilegiado a la religión católica en las aulas».