La profesora de música Lina Bufí, el mecenas cultural Lluís Llobet y la política María Luisa Cava de Llano fueron ayer objeto del caluroso homenaje y reconocimiento público del municipio de Ibiza al recibir la Medalla de Oro que concede el Ayuntamiento de la ciudad. La entrega de los galardones se produjo en el transcurso de una solemne ceremonia desarrollada en el claustro de la Corporación y que contó con la presencia de las primeras autoridades de la isla y también del presidente del Govern, José Ramón Bauzá.

El director del Conservatorio de Música de Ibiza y yerno de Lina Bufí, Jaime Manuel Ribas, fue el encargado de glosar la figura y trayectoria de la premiada, de la que dijo que marcó «un antes y un después» en la enseñanza de la música en Ibiza. «La isla goza hoy de una excelente salud musical y Lina Bufí tiene mucho a ver en ello», señaló Ribas, quien recordó la precariedad de medios con que comenzó las clases en su casa de la calle de Sa Xeringa, en la Marina, hasta lograr la creación del Conservatorio de Música, que dirigió hasta su jubilación. «De no ser por ella, hoy no tendríamos el Conservatorio», señaló su yerno.

La propia Lina Bufí agradeció en una breve intervención el premio recibido y aseguró: «La gente que venía al Coro o al Conservatorio siempre fue una piña, como una familia».

Bufí recibió de manos de la alcaldesa, Marienna Sánchez-Jáuregui, la medalla de oro en medio de una prolongada salva de aplausos.

Por su parte, la concejala de Cultura del Ayuntamiento, Lina Sansano, fue la encargada de exponer los méritos contraídos por Lluís Llobet para ser acreedor de la Medalla de Oro. La concejala no ahorró elogios hacia este defensor del patrimonio histórico-artístico de Dalt Vila, cuya conservación ha costeado frecuentemente de su propio bolsillo.

Tras recordar que Llobet fue pionero en la reclamación de la declaración de Dalt Vila como Patrimonio de la Humanidad, Sansano resaltó la creación de la Asociación de Vecinos de este barrio, el primero de la ciudad, por iniciativa de Llobet, quien además ha dedicado su vida a la publicación de libros que rescatan partes importantes de la historia de este barrio y de su propia familia, una de las más arraigadas en la ciudad.

La concejala retrató al premiado como «una persona modesta y discreta, un senyor de Dalt Vila, por nacimiento, residencia y vocación». «La ciudad entera es deudora de su constancia y perseverancia», añadió.

El propio Llobet, en su intervención tuvo palabras de recuerdo para Maria Muntaner Xamena, profesora de párvulos en Dalt Vila, y para otro destacado vecino del barrio, Fernando Bertazioli Riquer. El premiado afirmó que «aún quedan muchos problemas por resolver» en el Patrimonio de la Humanidad de Dalt Vila y añadió: «Se necesita la unión de las autoridades y los vecinos, respetando siempre el carácter y la singularidad de Dalt Vila» en las intervenciones que se realicen en este barrio.

El exconseller de Patrimonio del Consell de Ibiza Joan Marí Tur fue el encargado de dibujar el perfil humano y político de la ex Defensora del Pueblo, María Luisa Cava de Llano y Carrió, de la que dijo que «ha levantado la bandera de un riguroso y eficaz servicio público».

Marí Tur hizo un breve pero emotivo recorrido por la vida política de Cava de Llano, en el que recordó algunas anécdotas como concejala del Ayuntamiento de Ibiza o también «aquella larga noche de cuchillos afilados cuando todo un presidente del Govern lloraba sobre las espaldas de Maysi», en alusión a su etapa como diputada en el Parlament balear.

«Ella no olvida nunca el principio legal de in dubio, pro reo [ante la duda, a favor del débil]», señaló Marí Tur, quien destacó en todo momento la entrega de la ex Defensora del Pueblo hacia los más necesitados y los más desamparados, como ha puesto de manifiesto reiteradamente durante el desempeño de su cargo visitando cárceles por todo el mundo e incluso el ´corredor de la muerte´ de Florida para hablar con un preso español.

El exconseller de Patrimonio recordó que Cava de Llano ha sido «la primera mujer ibicenca con un cargo tan alto dentro de la Administración del Estado» y le reclamó que «pasado un tiempo prudencial, reemprenda la actividad política».

La homenajeada, en su intervención, afirmó: «Ibiza no me debe nada; soy yo la que estoy en deuda con Ibiza», lugar al que llegó a la corta edad de dos años procedente de Barcelona. «Es en esta isla donde quiero vivir y morir», proclamó. Tras rememorar algunas escenas de su infancia en Talamanca y hacer una «declaración pública de amor a Ibiza, su mar, sus montañas, su cal, sus algarrobos y sus almendros», aludió €con la voz entrecortada por la emoción€ a su marido, sus hijos y nietos.

Respondiendo a la petición de Marí Tur de volver a la política, afirmó: «Seré una ciudadana de a pie, pero no estaré callada».