­El obispo de Ibiza, Vicente Juan Segura, renovó la bendición a todos los términos de la Diócesis de Ibiza y Formentera en la fiesta celebrada en honor del Sagrado Corazón de Jesús. El buen tiempo acompañó y alrededor de 150 personas asistieron a la eucaristía cooficiada al aire libre por el obispo y ocho sacerdotes de parroquias cercanas, ayer por la tarde junto al monumento al Corazón de Jesús en Montecristo, en el término de la parroquia de Puig d'en Valls.

Los actos protocolarios siguieron el guión habitual: eucaristía, procesión por los alrededores, bendición de los términos de la Diócesis y de todos los asistentes, con petición de una especial protección para los fieles, sus familias y para las personas más necesitadas, y renovación de la consagración de las Pitiusas al Sagrado Corazón de Jesús.

Los integrantes del coro de Puig d´en Valls acompañaron la ceremonia con canciones religiosas mientras el obispo repartía las bendiciones, con el olor a incienso impregnando el ambiente. Al concluir los actos religiosos estaba prevista una merienda en la que los asistentes iban a compartir frutos de la tierra.

Esta tradición se perdió varios años pero el actual obispo la ha revitalizado. La eucaristía debería celebrarse el primer viernes después del Corpus Christi pero el Obispado prefiere trasladar los oficios a un domingo para que puedan congregrarse más fieles. La construcción del monumento de Montecristo partió de una idea promovida por el obispo Antoni Cardona Riera, Frit, en 1946. Antoni Sanjuan esculpió la estatua y la base es obra de Joan Serra, un empresario de Palma. La obra civil corrió a cargo de su colega ibicenco Joan Costa, Coroner.