El instituto de Sant Llorenç imparte este año clases de teatro como una de las asignaturas optativas, que siguen una treintena de alumnos de los cursos primero y tercero de ESO.

Los dos grupos asisten a clase por separado, con las respectivas profesoras: del curso de primero se encarga Águeda Rodríguez, y del de tercero, Anna Espert, pero cada dos semanas se juntan las dos clases en la misma aula para realizar prácticas. Estas sesiones las coordina el actor Vicent Sala, con gran experiencia en grupos de teatro de aficionados.

Anna Espert señala que esta asignatura empezó con clases sobre dinámica de grupo y técnicas relacionadas con la formación teatral. El pasado trimestre en un proyecto en el que su departamento colaboró con la comisión de mediación del centro, sus alumnos realizaron una fotonovela sobre el tema de los malos tratos.

Los estudiantes se encargaron de realizar el guion y de llevar a cabo el trabajo, incluidas las fotografías. El resultado es una fotonovela completa con 20 imágenes que se han editado en formato digital. La profesora anuncia que se realizará una copia en papel que se pondrá a disposición del centro para que lo pueda ver cualquier interesado.

Escenas escritas por los alumnos

Ahora las prácticas de teatro que se están realizando consisten en el ensayo de las escenas que han preparado los alumnos y que ellos mismos han escrito. «Las clases se han dividido en pequeños grupos de dos o tres alumnos, tal y como ellos mismos han decidido y han escrito los sketchs que luego ensayan. Las profesoras y yo no hemos interferido para nada en los diálogos, nos limitamos a ayudar a los alumnos en el montaje y posterior puesta en escena de los Soweto», afirma Vicent Sala, que espera poder presentar estas escenas al público en alguna fiesta patronal del municipio de Sant Joan.

Sala confiesa que el concejal de Cultura del Ayuntamiento de Sant Joan, Santi Marí, que es también profesor del instituto de Sant Llorenç, está muy interesado en el trabajo que se realiza en estos talleres de teatro. «Por nuestra parte –comenta–, pensamos que para los alumnos sería una experiencia inolvidable poder actuar ante el público».

Una de las alumnas confiesa que hizo teatro durante cinco años en el colegio y se ha apuntado al curso porque mira el arte escénico como su futura profesión. No obstante, para la mayoría, estas clases han sido su primer contacto con el mundo de la interpretación y no se arrepienten de haber escogido esta asignatura optativa.

Varias de las escenas que han escrito para interpretar están relacionadas con el mundo de la comunicación. Una de ellas es una parodia de una entrevista televisiva de Eduard Punset al presidente de una panificadora multinacional en la que el primero reclama explicaciones científicas sobre el pan de molde sin corteza. La escena concluye con una enzarzada discusión de los dos personajes.

Otro sketch escrito e interpretado por tres alumnos es una parodia de una rueda de prensa de la presidenta de Cataluña en la que un periodista formula preguntas impertinentes y una fotógrafa no deja de interrumpir e incordiar con su cámara, con la que la política se enfada, pierde los papeles y sale del escenario.

El instructor: Larga experiencia en grupos de aficionados

La experiencia del comerciante de Sant Antoni Vicent Sala (59 años) en grupos aficionados de teatro se inicia en los años setenta, cuando fue uno de los jóvenes impulsores del grupo experimental Ca Nostra, liderado por el entonces sacerdote Josep Marí, ´Reiala´. Recuerda esta etapa con nostalgia y asegura que en Sant Antoni la afición por este arte permanece, pero lamenta un mayor apoyo institucional para que se pueda seguir practicando. Posteriormente, Sala ha colaborado en el grupo es Vedrà y en el Grup de Teatre des Cubells. Se confiesa entusiasmado con este último, al que califica como «una verdadera escuela de teatro». Esta experiencia le ha permitido ofrecerse como voluntario para dirigir ese taller de prácticas en la asignatura de teatro del instituto de Sant Llorenç, para dos grupos de primero y tercero de ESO. «Mi trabajo –afirma– ha sido inyectar unas ideas a los alumnos sin interrumpir el quehacer de las profesoras».