La prospección subterránea que ha emprendido la empresa Insotel en las cercanías del Club Maryland, en Formentera, pretende confirmar o desechar la posibilidad de desarrollar un proyecto de balneario que podría estar abierto todo el año en caso de que sea confirmada la presencia de un río de aguas termales que se encontraría a 450 metros de profundidad. Detrás de la iniciativa, que desarrolla el empresario pitiuso Alonso Marí Calbet, está José Luis Castelló, un zahorí del siglo XXI que trabaja en todo el mundo buscando recursos hídricos a través de su empresa Waterfinders, con sede en Barcelona. Castelló señala que su compañía recurre a la técnica del zahorí: «No es que tengamos poderes ocultos, es sencillamente el aprovechamiento del subconsciente; de esa parte del cerebro que no está aprovechada». Con esa capacidad y la incorporación de ingenieros y de la tecnología actual ha detectado esa corriente termal en el pozo 1.508 que realiza su empresa.

La presencia de estas aguas termales no es nueva ya que José Luis Castelló ya realizó hace cuatro años una prospección en una finca privada, cercana a la ciudad de Ibiza, en donde encontró agua a 430 metros de profundidad a 40 grados centígrados. Apunta que los trabajos que realiza ahora en el Maryland son la continuación del estudio que realizó en Ibiza: «Hemos detectado que la investigación que hicimos hace cuatro años nos indicaban que esa falla tenía su continuación en Migjorn». En este caso el objetivo, si el resultado es positivo, sería montar «una instalación turística con aguas termales, lo que permitiría mantener el turismo a lo largo de todo el año», señala el experto.

Añade que la falla en cuestión «es grande, atraviesa Ibiza, llega a Formentera y la volvemos a encontrar en la zona de Manacor». Precisa que las fallas son «fracturas grandes» que se encuentran en la corteza terrestre y en este caso la carga de agua estaría en los Pirineos. Como ejemplo cercano apunta a las aguas termales de Túnez cuyo origen viene de los Apeninos, en Italia, con la recarga de agua situada por debajo del Etna y del Vesubio.

La empresa malagueña Perforax, especializada en prospecciones, ha desplazado un equipo que trabaja desde hace una semana. Ayer los operarios ajustaban los detalles para cimentar la canalización con la intención de taponar el acceso del agua de mar que ha aparecido a 40 metros y del acuífero que han detectado a 180 metros, con un caudal de agua de 100 toneladas por hora que sale a 23,3 grados centígrados. José Luis Castelló señala que estos indicios apuntan al éxito de la operación y que el objetivo es alcanzar las aguas situadas a 450 metros.

Además del uso termal que se pueda dar a esas aguas, también cabe el aprovechamiento del calor del agua para uso energético. En este caso dependerá del caudal. Sin embargo, José Luis Castelló está convencido de que encontrarán las aguas termales: «Le diría que las vamos a encontrar seguro, ya que tenemos la anomalía de la temperatura detectada a 180 metros; también sabemos que el agua que vamos a encontrar será casi potable, si no lo es del todo, la única duda que tenemos es si será sulfurosa o no».

El equipo de perforación trabajará hoy antes de iniciar las vacaciones de Semana Santa y reanudará los trabajos a partir del 17 de abril. A final de mes habrán llegado a la profundidad deseada y entonces procederán a extraer las conclusiones definitivas.