Desde que Carmen Tur Ferrer denunció el 20 de abril de 2010 ante la Fiscalía que el agua potable que brotaba en un garaje de la calle Canarias de Vila se vertía directamente al alcantarillado, se han desperdiciado unos 780.000 metros cúbicos de agua, suficiente para llenar hasta los bordes 312 piscinas olímpicas. Y visto como están las arcas del Consistorio de Ibiza, parece que se podrían rellenar muchas más los próximos años. Eso es, al menos, lo que da a entender el concejal de Movilidad y transporte urbano, medio ambiente, playas, servicio de suministro de agua potable y alcantarillado de Vila, Juan Mayans Cruz: hay una solución, pero es muy cara. Luego seguirá manando agua, unos 45.000 litros de agua a la hora, o 1.080 metros cúbicos al día, aproximadamente la décima parte de los que produce la desaladora de Ibiza. Si llueve, el doble.

La solución consiste en desviar el acuífero a la altura del segundo cinturón de ronda y que el agua se dirija hacia un depósito «de tormentas», en palabras del edil. Hay dos lugares en los que Aqualia, que gestiona el agua municipal, considera que podría almacenarse ese agua, según han explicado a Mayans: «Bien en Can Misses [junto a los Multicines] o bien bajo el bulevar Abel Matutes», para que luego la aprovecharan «los servicios de limpieza municipales». Su «coste aproximado, hecho a ojo» por un responsable de Aqualia, asciende a «entre 300.000 y 400.000 euros».

Y es ahí donde, vista la situación financiera del Ayuntamiento, el edil resopla y advierte de que los menguados presupuestos de su concejalía no dan para tanto: «Espero que se solucione durante esta legislatura, pero encima de la mesa ahora mismo hay una barbaridad de cosas sin resolver: emisarios, desaladora, depuradora, Platja d'en Bossa, la avenida de Santa Eulària.... Es un problema de prioridades, pero sobre todo de dinero. Si tuviéramos la bonanza de otros años y un presupuesto de 10 millones de euros en mi concejalía, ya te digo que empezaríamos mañana mismo. Demasiados problemas, poco dinero».

«Con dinero se soluciona todo»

La única solución factible es, a juicio del edil, que este problema se contemple entre «las mejoras y futuras inversiones» que debería acometer la empresa que se haga con la próxima la licitación del servicio del agua municipal. «De ese garaje sale constantemente, es un manantial, y encima es un agua buena, es una lástima. Con dinero se soluciona todo», admite el concejal.

La Fiscalía decidió el 2 de junio de 2011 archivar la denuncia de Carmen Tur porque los hechos relatados no revestían «caracteres de infracción penal» y porque el delito contra el medio ambiente «exige que los hechos puedan perjudicar de forma grave el equilibrio de los sistemas naturales». No obstante, el fiscal Antonio Torres estimó «conveniente poner los hechos denunciados en conocimiento del Ayuntamiento de Ibiza y del Consell» para que adoptaran «las medidas necesarias para evitar la pérdida del agua denunciada». El propio fiscal admitía –como ahora se encarga de repetir el concejal Mayans– que la solución «puede exigir gastos derivados de obras que, tal vez, puedan alcanzar un importe desproporcionado que desaconseje las mismas».

Y así ha sido, si bien calculadora en mano quizás hubiera sido más económico haber iniciado las obras hace dos años. Si se prescinde de todos los cánones que doblan el precio original del litro de agua en la isla, una vivienda paga aproximadamente 1,44 euros por metro cúbico que consume. Es decir, desde que Carmen Tur denunció ante Fiscalía los hechos y teniendo en cuenta que, como mínimo, se han desperdiciado 780.000 metros cúbicos de agua, se han tirado a la alcantarilla 1.123.200 euros (sin cánones ni IVA ni todas las tasas que doblan la factura final). En todo ese tiempo, 23 meses, y al coste «hecho a ojo», se podrían haber construido tres depósitos para poder aprovechar el líquido, que en la actualidad solo tiene un problema: regusto a óxido, quizás el de las vigas de hierro del edificio de la calle Canarias por donde brota y en donde antaño había una noria.

Si hogaño el Ayuntamiento encontrara finalmente la manera de financiar esa construcción, se toparía entonces con la dirección general balear de Recursos Hídricos: «Es la competente de las aguas subterráneas. Nosotros –afirma Mayans–, en el caso de que algún día queramos asumir esa solución tendríamos primero que contactar con ese departamento de la conselleria de Medio Ambiente, que tendría que autorizar tanto el tanque como la desviación del acuífero o como cualquier otra solución».

Pero Recursos Hídricos se lava las manos. «En principio, esto es responsabilidad de los propietarios, al ser un problema de impermeabilización de los sótanos, según los técnicos. Los vecinos han de hacer las obras correctas», señalan desde el departamento de prensa de la conselleria de Agricultura, Medio Ambiente y Territorio.

Las cifras567.360 € al año a la alcantarilla

Cada año mana del garaje del edificio de la calle Canarias un total de 394.200 metros cúbicos de agua apta para el consumo. A un precio de aproximadamente 1,44 euros el metro cúbico, que es lo que viene a pagar una vivienda media de la isla, cada año también se tiran a la alcantarilla 567.360 euros.

8.500 personas

Una encuesta del Instituto Nacional de Industria publicada en junio de 2011 establecía que el consumo de agua en los hogares baleares ascendía a 127 litros por habitante y día, es decir, 46.355 litros durante un año. El acuífero que brota en el edificio Canarias de Vila podría abastecer, por tanto, a 8.503 vecinos al año.

157 piscinas olímpicas/año

Con el agua que surge de ese acuífero se podrían rellenar al año 157 piscinas olímpicas de 50 por 21 metros y dos metros de profundidad.