Cis Lenaerts no pudo ocultar su emoción ni su sonrisa al ver en la pantalla grande el reflejo de su vida cotidiana y de su relación profesional y personal con quien fuera su estrecho colaborador durante nueve años, Manuel Castillo. Se proyectaba en el Club Diario el documental 'Cis. Un año sin tomate', del realizador belga Bart Nicolaï, y el arquitecto y pintor acudió a la presentación la noche del jueves con toda su familia.

A lo largo de los 54 minutos que dura la cinta, un recorrido de nueves meses por el día a día del artista, el cerca del centenar de asistentes aplaudieron y acogieron con risas los momentos más divertidos de la relación entre Lenaerts y Manuel, recogidos en una cinta que destaca por la naturalidad de sus protagonistas.

El trabajo diario en el estudio, las discusiones en el jardín entre Cis y su ayudante (una de ellas es precisamente la anécdota que da título al documental), o los desayunos el sábado en el Mercat Nou del artista y su mujer, la abogada Matilde Valdés, conforman el grueso de una película a través de la cual conocemos la personalidad del artista y, sobre todo, la especial relación que le unió durante una década a Manuel Castillo.

El documental se grabó en las vacaciones de verano y en las Navidades de 2010, nueve meses en total, en los que el artista y su ayudante realizaban su trabajo y su vida cotidiana en presencia de la cámara. Sus acciones y sus diálogos eran naturales y espontáneos, en ningún momento el realizador había dado instrucciones sobre las acciones o los comentarios que se realizaban. El propio realizador, Bart Nicolaï, basó el trabajo en reflejar el ambiente que se creaba con la relación entre el artista y su ayudante.

El protagonista se confesó ayer «gratamente sorprendido» tras su primer visionado de la proyección, que es el resultado de diez horas de grabación que al final se condensaron en menos de una hora. Lenaerts afirma que al principio «resultaba un poco molesto» convivir todo el tiempo con la cámara activa, pero se trataba de un equipo muy silencioso cuya presencia al final ni siquiera notaba, por lo que las imágenes resultan totalmente naturales. Esta característica fue elogiada por muchos de los asistentes.

Dos motivos de extrañeza

El artista se manifiesta extrañado por dos aspectos que pudo apreciar al ver el documental. «Nunca me había oído a mí mismo hablar en una película y me extrañó lo lento que lo hago en relación con mi ayudante Manuel Castillo».

«Me extrañó también la autenticidad», añade, en referencia al producto final obtenido tras prescindir de más del 90 por ciento del material grabado. «Me parece muy bien todo lo que ha cortado», señaló.

Cis Lenaerts asegura que no esperaba tanto del documental. «Al fin y al cabo, mi vida tampoco es muy importante, por lo que no me esperaba gran cosa», señala y dice estar satisfecho tanto del montaje como de la fotografía, además de «un fino hilo de humor» que el director supo captar y reflejar en la cinta. Se refiere a comentarios espontáneos relacionados con la vida cotidiana que hacían él y Manuel Castillo, sin tener en cuenta que les estaban grabando.

El artista elogió el trabajo del realizador belga Bart Nicolaï, del que confiesa que ha visto otros documentales y a quien quiso felicitar por la «profesionalidad» demostrada con este trabajo, obtenido de un tema «tan poco relevante».

Nicolaï vive en Bélgica, aunque ha pasado largas temporadas en Ibiza, donde llegó a participar en un proyecto cinematográfico de Fernando Monge. Es hijo de un buen amigo de Cis Lenaerts, por lo que tuvo oportunidad de conocer de cerca su vida y su trabajo y este es el motivo que le hizo decidirse a llevar a cabo el documental. «He rodado un momento en la vida de Cis. El ambiente de ese momento es todo lo que quiero mostrar», declaró a este periódico el realizador al referirse a ´Cis. Un año sin tomate´, proyectada la noche del jueves.