Un ibicenco estuvo en el centro de un episodio que contribuyó a la erradicación definitiva de la esclavitud en América y que tuvo una gran repercusión social en los Estados Unidos de principios del siglo XIX. Ramón Ferrer Ferrer, capitán de un barco negrero, fue asesinado a bordo por los esclavos que transportaba en 1839 en su goleta ´Amistad´. Ese hecho desencadenó una serie de peripecias que no concluirían hasta 1842 y que inspiraron la película de Steven Spielberg estrenada en 1997.

La largometraje, precisamente, arranca con la muerte del capitán Ferrer, un hombre que nació en la ciudad de Ibiza en el año 1797, hijo de una familia marinera de la que hay rastro documental desde varias generaciones atrás.

Aunque se ignora a qué edad abandonó Ramón Ferrer su isla natal, lo cierto es que en 1830, a los 33 años, contrajo matrimonio en la isla de Cuba con Juana González García en la localidad de Regla, situada fuera de las murallas de La Habana. El acto de matrimonio afirma: «Dn. Ramón Ferrer, natural de Ibiza, una de las Islas Valeares, hijo legítimo de D. Ramón y Da. Antonia Ferrer, y Juana Fomara González, natural del referido pueblo, hija legítima de D. José y de Da. María de Regla García».

Ramón Ferrer había acudido a Cuba con su hermano Damián y ambos se dedicaban a navegar con sus barcos por la costa norte de la isla caribeña, entre La Habana y Guanaja, para suministrar productos de toda índole: «Tejidos, cajetillas de cigarros, sombreros, sacos de café, barriles de mantequilla, botijas de aceite, fríjoles, garbanzos, cerveza, papel, lozas y cristales, vino de Burdeos...», según reza el trabajo que hace tres años publicaron sobre Ferrer los investigadores de la Universidad de Puerto Rico Michael Zeuske y Orlando García.

Sin embargo, el marinero ibicenco no se limitaba solo a la honrada actividad del transporte de mercancías, sino que también traficaba ilegalmente con esclavos procedentes de África, un próspero negocio que en Cuba era controlado, entre otros, por empresarios catalanes.

Las decenas de africanos que habían sido arrancados de sus hogares por el barco negrero portugués ´Teçora´ llegaron hasta Cuba en un viaje infernal y, una vez en tierra, tuvieron que caminar descalzos durante largas horas por los acantilados, en plena noche, para no ser vistos. Finalmente, fueron embarcados en el ´Amistad´, para ser trasladados a otros lugares de la isla.

Hasta el día 30 de junio de 1839 la imagen de comerciante respetable que tenía Ferrer había funcionado bien. «Los negocios y el sistema de contrabando esclavista de Ramón Ferrer, sus compañeros y ayudantes nunca habían salido a la luz del día. Los intentos de ocultar toda esta actividad ilegal detrás de una imagen de buen comerciante y eficiente capitán de barco habían dado excelentes resultados», relatan Zeuske y García en su monografía de casi 200 páginas sobre la vida del ibicenco.

Pero en la noche del 30 de junio al 1 de julio de ese año, Ramón Ferrer y otros miembros de la tripulación encontraron la muerte. Al tercer día del viaje, después de una tormenta, uno de los 53 esclavos –Joseph Cinqué– logró liberarse y atacó a sus captores. El capitán Ferrer y su cocinero fueron asesinados. Pronto todo el barco fue un tumulto. Al parecer, uno de los motivos que precipitó esta acción fue que «el capitán Ferrer había dado la orden de dar a los cautivos solo la mitad de la ración normal de la dieta y también la mitad de agua», relata Zeuske.

Los hechos se conocieron de forma pública a través de un reportaje publicado en el periódico de Nueva York ´Noticioso de Ambos Mundos´, del 28 de septiembre de 1839. ´Sobre los succesos de ´Amistad´, se titulaba la crónica.

¿Qué sucedió luego? Dos de los tripulantes supervivientes prometieron a los esclavos poner rumbo a África para dejarlos en libertad a cambio de que éstos respetaran sus vidas. Sin embargo, según relatan ya otras fuentes que han investigado el caso, los africanos fueron engañados, siendo conducidos hacia el norte, rumbo a Estados Unidos. Soltaron anclas frente a Long Island, Nueva York, el 26 de agosto.

Un bergantín americano comandado por el teniente Gedney tomó el ´Amistad´ y a los esclavos bajo custodia. Fueron conducidos después a Connecticut. En ese estado, a diferencia de Nueva York, la esclavitud era aún técnicamente legal y Gedney esperaba sacar provecho de los esclavos.

El caso tuvo una gran resonancia en EEUU y contribuyó de forma decisiva a la abolición definitiva de la esclavitud. En 1840, los tribunales amercianos estimaron que el secuestro de personas en su tierra natal había sido ilegal. La Corte Suprema de los EEUU confirmó la sentencia el 9 de marzo de 1841 y los raptados viajaron de vuelta a su hogar en 1842.

Las claves

ORIGEN

Nacido en Vila en 1979 y emigrado a la isla de Cuba

El capitán de la ´Amistad´ nació en el seno de una familia de gente del mar y de joven partió hacia Cuba, aunque de momento se desconoce el año en que lo hizo.

COMERCIO

Transporte de mercancías en la costa norte de Cuba

Ferrer se dedicó al transporte de mercancías desde la Habana a otros puertos del norte de Cuba, a los que aprovisionaba de todo tipo de víveres.

ESCLAVISTA

Dedicado al tráfico de esclavos llegados desde África

Ramón Ferrer se dedicaba de forma ilegal al tráfico de esclavos que llegaban desde África para ser repartidos por otros puntos del Caribe, donde empresarios catalanes controlaban gran parte del sector.

EPOPEYA

Los esclavos del ´Amistad´ se rebelan y llegan a África

En 1839, los esclavos del barco se sublevan y matan a Ferrer. Los tripulantes supervivientes les prometen llevarlos a África, pero les engañan y les conducen a EEUU. Tres años después, logran regresar a sus casas.