Josep Maria Natta es químico y enólogo de una importante bodega de Binisalem, Mallorca, y anoche fue el experto encargado de ofrecer un charla sobre las propiedades organolépticas de los vinos y su análisis sensorial. El acto se desarrolló en el Palacio de Congresos de Santa Eulària, dentro del marco del ciclo Tast de Vins, organizado por la Associació de Químics de les Illes Balears. Natta también dirigió un cata de vinos tintos de la indicación geográfica Vi de la Terra de Eivissa.

—¿Podemos hablar de propiedades concretas del vino que se elabora en Ibiza?

—Antes que nada, debemos diferenciar entre Vi de la Terra d´Eivissa y vino de mesa. El Vi de la Terra solamente se puede elaborar con cuatro variedades, que son las merlot, cabernet sauvignon, monastrell y tempranillo. Además, existen muchos otros condicionantes que no afectan al vino de mesa. Para este se pueden usar otras variedades, así que las bodegas suelen tener las dos líneas de producción, lo cual es lógico.

—Vamos a ceñirnos al Vi de la Terra. ¿Tiene unas propiedades concretas de este vino?

—Sí, naturalmente, es un vino que está determinado por el lugar y la climatología de la isla. Incluso hay enólogos que aprecian en el vino el sabor salitre del mar, aunque yo no lo noto e incluso lo encuentro una afirmación algo aventurada. Lo que sí es seguro es que es un vino con mucha pigmentación, de hecho, se hace con variedades de mucho colorido. También tiene muchas tonalidades aromáticas y una graduación más elevada que el Rioja o el Ribera del Duero, por ejemplo.

—O sea, mucha pigmentación, variedad aromática y mayor graduación alcohólica. ¿Son buenas propiedades?

—A mí me gustan. El hecho de estar en una tierra tan soleada hace que la uva madure más y en consecuencia, tenemos su potencial aromático, que es más intenso. Pero al mismo tiempo, se da un mayor grado de alcohol. No es que estas propiedades hagan que el vino sea de una mayor o menor calidad, sino que son rasgos diferenciadores y por tanto, esta debe ser la clave del marketing para dar a conocer el producto en el mercado. Los viticultores de aquí no pueden competir en precio con denominaciones de origen importantes, con una enorme producción de millones de botellas, sino que tienen que dar a conocer aquellos rasgos que les hacen diferentes de los demás.

—¿Qué hace falta para que los productores de las Pitiusas puedan comercializar debidamente sus vinos?

—Hay que adoptar una postura inteligente, porque aquí, al ser islas, con explotaciones pequeñas, se tienen unos costes de producción mucho más elevados que en la península. No se puede competir con regiones vinícolas como La Rioja o la Ribera del Duero, por ejemplo, que tienen unos precios escandalosamente bajos. Aquí los productores tienen que llevar a cabo una labor de marketing a base de presentar las diferencias, los elementos que hacen distinto el producto. Y el hecho de que es totalmente artesanal. Todo sería más fácil si se lograse convencer a los consumidores de que vale la pena pagar un poco más por obtener a cambio todas estas ventajas.

—¿Cree usted que el Vi de la Terra de Eivissa tiene posibilidades de comercialización en el mercado exterior, se puede vender bien en el extranjero?

—Hay un factor muy importante y es que las palabras ´Ibiza´ y ´Formentera´ son nombres internacionales que venden por sí solos. Es una ventaja con respecto a Menorca, que ya no es nombre tan conocido. Como tenemos que competir con los grandes, debemos aprovechar también esta circunstancia. Y usar el nombre de Ibiza, los rasgos diferenciadores, la labor artesanal,... e, insisto, hay que informar más al consumidor.

—¿El vino tinto es más vino que el rosado o el blanco?

—Todos son buenos. Ahora bien, el tinto es aquel del que las bodegas producen mayores cantidades y que, sin ninguna duda, domina el mercado. Asimismo, hay más consumidores de vino tinto que del blanco o el rosado. El tinto tiene más prestigio, sí, tiene una fama muy extendida de que se trata de vino de verdad. Cuando, en realidad, es más complicado obtener un buen blanco o un buen rosado que un buen tinto.