Ayer se celebró el día grande las fiestas de Jesús, que comenzó por un pasacalles de la Banda de Cornetas y Tambores del Santísimo Cristo de la Agonía de Vila, a la que siguió la tradicional misa que este año presidió el Vicario General de la diócesis, Vicent Ribas, al encontrarse el Obispo en Valencia visitando a su familia. La concejala de Jesús y miembro de la comisión de fiestas, Marilina Bonet, declaró antes del oficio estar muy contenta del resultado de las fiestas, «trabajo de meses de preparación», en su primer año en el cargo.

Durante la misa cantó el coro es Pla de Jesús, dirigido por Clara María Costa, que interpretó al final de la celebración el ´Himne de sa Mare de Deu de Jesús´, escrito por Isidoro Macabich. Tocaron también los músicos de Sa Colla de l´Horta.

Ribas hizo durante la homilía continuas referencias al retablo de la iglesia, el más antiguo de la isla, hecho a finales del siglo XV en el taller valenciano de los Osona. Algunas obras de este taller familiar están expuestas también en museos como el del Prado de Madrid. La obra se piensa que en un principio estaba destinada a la catedral, según explicó Ramón Torres, sacerdote que ha pasado dos meses en la isla y ha estado estudiando la historia del retablo.

A la misa siguió una procesión que dio la vuelta a la iglesia. El alcalde de Santa Eulària, Vicent Marí, fue el portador de la bandera parroquial, acompañado de Vicent Serra, presidente del Consell Insular y de Mariano Juan, vicepresidente primero del Consell.

José Clapés, vecino de Santa Eulària, asiste desde hace muchos años a las fiestas de Jesús: «Son unas fiestas que han cambiado muy poco y que aprovecho siempre para visitar a la familia que tengo en el pueblo, que invita a todos los parientes que estamos repartidos por la isla».

La plaza de la Iglesia fue el escenario de la actuación de ball pagès que corrió a cargo de Sa Colla de l´Horta. Más de 200 personas acudieron a presenciar estos actos, tanto vecinos de la localidad como de otros municipios. Martin Zepperfeld reside en Jesús desde hace siete años. Llegó de Alemania donde era comercial y ganaba mucho dinero, pero se enamoró de Ibiza, donde ahora vive y trabaja de jardinero. «Estar aquí es como unas eternas vacaciones. Además me encanta asistir a las fiestas por lo bonitos y auténticos que son los ritos tradicionales de Ibiza», aseguró.

Durante la actuación de ball pagès se repartió un pequeño aperitivo consistente en refrescos, sangría de cava y orelletes.