Cala Llonga celebró ayer su día grande con una modificación importante en el programa. El desfiles de carros engalanados previsto para las 19 horas no se celebró finalmente. Según relató un miembro de la Asociación de Carreters de Ibiza y Formentera, no realizaron el recorrido previsto debido a que la organización de las fiestas no cumplió con lo que al parecer había acordado con ellos. Los conductores explicaron que debían recibir una comida a las 13.30, pero nadie apareció donde ellos esperaban con sus animales y vehículos. Tras reunirse, después de comer por su cuenta, la mayoría decidió que el desfile no se llevaría a cabo. Los carreters recogieron sus cosas y se marcharon antes de la hora prevista para el mismo.

Este periódico intentó sin éxito recabar la opinión de algún miembro de la organización de las fiestas.

Los desfiles de carros son una tradición recuperada por payeses de Santa Eulària, que en los años 70 decidieron rescatar la costumbre de los paseos en carro que se celebraban para festejar el primer domingo de mayo y el final de la cosecha antes de la Guerra Civil. En un primer momento se organizó como concurso de carros de barana, para luego pasar a ser simplemente una exhibición que se extenderá por los pueblos de la isla, empezando precisamente por Cala Llonga.

El programa previsto para la mañana transcurrió en cambio con normalidad. A primera hora del día grande de las fiestas el pasacalles a cargo de Sa Colla d´es Riu despertó con sus trompetas, cornetas y tambores a turistas y residentes de la zona para que pudieran aprovechar esta jornada. El repertorio fue variado, desde el tradicional ´Paquito el chocolatero´ hasta una adaptación de la banda sonora de la película ´Piratas del Caribe´, y muchos turistas curiosos se asomaron a los balcones de los hoteles o se detuvieron a escuchar mientras se dirigían a la playa.

Marie ha venido con su marido Cyprien desde Lyon ha pasar sus vacaciones en Ibiza. Está alojada en un hotel de Cala Llonga y se considera afortunada por haber coincidido su visita con las fiestas: «Es una forma de disfrutar la Ibiza más auténtica, es algo que no esperaba ver y me encanta», comentó.

Frente al bar Up & Inn los transeúntes pudieron contemplar una exhibición de motocicletas antiguas. Modelos de los años 30 hasta los años 60 ocupaban los aparcamientos. Ros, miembro del Club de la Moto Clásica de Ibiza y Formentera, comentaba que por la tarde saldrían a hacer un recorrido por la zona, que finalmente realizaron, para enseñar que estos vehículos «no solo son de muestra, todos funcionan perfectamente». Entre los participantes se encontraban Poteto e Isabel, matrimonio y miembros de la asociación motera Raiders de Granada, que vienen desde hace 30 años a la isla. Tienen amigos en el club y procuran participar en sus eventos siempre que pueden.