El proyecto de reconversión del primer cinturón de ronda de Vila en una vía urbana (Avinguda de la Pau) supone una operación de «cirugía estética importante en el extrarradio de la ciudad de Ibiza», en la que se incorporarán placas solares sobre las pérgolas, plazas de aparcamiento en cordón con puntos de recarga para vehículos eléctricos y un carril-bici.

El conseller de Medio Ambiente y Movilidad, Albert Prats, presentó ayer en el Consell, sin la presencia del presidente, Xico Tarrés, ni ningún representante del Ayuntamiento de Ibiza, el proyecto constructivo de transformación del primer tramo del cinturón de ronda, entre las rotondas de ses Figueretes y Can Misses (750 metros), en el que se proyecta habilitar una explanada reservada para los viandantes en el centro de la vía, con zonas ajardinadas y una anchura de entre 14 y 15 metros. En este espacio se ubicará un carril para bicicletas de 2,5 metros. A ambos lados de este espacio central se habilitarán dos carriles por sentido para la circulación de los vehículos de tres metros cada uno, reproduciendo el mismo modelo de la Avenida de España. En la actualidad, cada carril tiene 3,5 metros. La línea de aparcamientos, que será variable, ocupará un ancho de 2,5 metros.

El proyecto contempla «una redistribución de todo el espacio» entre las fachadas de ambos lados de la vía. En la franja este, más próximo al centro de Vila, se aprovecharán las zonas ajardinadas y el carril paralelo para aumentar el espacio para los peatones. En el otro lado, se recortará la acera y se eliminará la vía de incorporación a la calle de Albarca. En esta primera fase se crearán 16.200 metros cuadrados de uso exclusivo para los viandantes. La «pacificación» del tráfico (la velocidad pasará de 80 a 50 km/h) permitirá eliminar las pasarelas elevadas y habilitar pasos de peatones.

En este primer tramo se prevén 130 nuevas plazas de aparcamiento en cordón a ambos lados de la vía, con la acometida eléctrica para instalar en cada una puntos de recarga para coches eléctricos. Prats matizó que al principio se instalarán solo los puntos que se estimen necesarios.

Reducción de emisiones

Una de las novedades que incorpora el proyecto es el de la instalación de 342 paneles solares (350 metros cuadrados) sobre las siete pérgolas que se colocarán en la explanada central. Este sistema de captación de energía solar producirá al año 62.061 kilovatios, la misma potencia que consume la iluminación pública en este tramo del primer cinturón. Supondrá, además, un ahorro de 47,2 toneladas en las emisiones de dióxido de carbono y de 15 toneladas de fuel al año. Los 17.302 euros que se prevén facturar al año con la energía solar que se incorpore a la red eléctrica permitirán amortizar la inversión efectuada en un plazo de 15 años, según los datos facilitados por el conseller.

El presupuesto de las obras de este primer tramo asciende a 6,1 millones de euros, cuyas partidas más significativas son las destinadas a la pavimentación (2,1 millones), el mobiliario urbano y la jardinería (900.000 euros) y el colector (900.000 euros más). Se contempla expropiar 283 metros cuadrados para ampliar el dominio público de la carretera en los márgenes y solares colindantes con la vía. El coste previsto de las expropiaciones es de 87.000 euros.

Prats explicó que la pendiente de esta vía obliga a prever «un drenaje importante». Descartada la conexión a la red de pluviales, que «ya está saturada», el proyecto contempla instalar dos colectores bajo las dos aceras laterales para recoger el agua de lluvia a través de imbornales. Superada la rotonda de Can Misses, ambos colectores se conectarán en uno solo, con un diámetro de entre 1,2 y 1,4 metros, que transcurrirá bajo la mediana de la vía hasta alcanzar el torrente d´en Capità (1.759 metros) donde se verterá el caudal.

La construcción de este colector obligará al Consell a solicitar la autorización de la Comisión Balear de Medio Ambiente cuando se inicie el trámite de exposición pública. En cuanto a los plazos previstos, el conseller explicó que antes del final de la legislatura se llevará a pleno la aprobación inicial del proyecto. Durante el segundo semestre de este año, tras las elecciones, se someterá a información pública y se aprobará de forma definitiva una vez que reciba el visto bueno de la Comisión de Medio Ambiente. La licitación e inicio de las obras se programa para el primer semestre de 2012. Prats dice que en el plazo de un año podrían empezar las obras, que se ejecutarán en 12 meses.

El presidente del Consell, Xico Tarrés, aseguró en julio del año pasado, tras la firma de un convenio con el Govern balear de 23,5 millones para financiar esta y otras obras en carreteras, que la reconversión del primer tramo del cinturón de ronda arrancaría en 2011. Sobre la financiación, Prats indicó que la ejecución del primer tramo del primer cinturón de ronda está «garantizada» y advirtió de que los 23,5 millones previstos no serán suficientes para financiarlo todo. «Se podrán hacer más fases aún, pero nosotros mismos o alguien deberá trabajar en el futuro para cerrar la financiación para el resto de fases», indicó. El segundo tramo previsto es el que une la rotonda de Can Sifre con la de ses Figueretes (la avenida de Sant Josep). En esta fase se construirá un aparcamiento subterráneo. Posteriormente se ejecutará el tramo entre las rotondas de Can Misses y Joan XXIII, al que seguirá la parte que resta hasta la glorieta de Pachá y, para terminar, el tramo industrial que finaliza en el paso elevado de Jesús. Prats dijo que la idea es que todas las obras se hagan «secuencialmente».

Por otra parte, el conseller explicó que la Comisión Balear de Medio Ambiente ya ha emitido el informe sobre el proyecto de ampliación de la carretera de Sant Joan y que en cuestión de «un par de meses» se podrían introducir los cambios recogidos en las alegaciones y llevar a cabo la aprobación definitiva.