Viaja por toda Europa ejerciendo como medium y «entrenadora para el desarrollo espiritual». Hace siete años vio su primer ángel y cambió de vida. Asegura que ahora su trabajo consiste en ayudar a la gente a recuperar la sonrisa. Es muy amiga de Isabelle von Fallois, toda una personalidad en el mundo de los ángeles, y a menudo trabaja para ella como asistente personal.

—Ser experta en ángeles es una profesión poco común. ¿Se puede vivir de un oficio así?

—Tenía otro trabajo antes, claro. Era agente de seguros. Ese trabajo me permitía asistir a entrenamientos espirituales y aprender más sobre los ángeles. Ahora los ángeles me alimentan [ríe].

—¿Qué es un ángel?

— En primer lugar, para mí los ángeles son amor puro. Nunca juzgan, aman incondicionalmente y eso es lo que intentan aportar a la gente. Los ángeles son los mensajeros de Dios y yo soy la mensajera de los ángeles. Puedo verlos, sentirlos, olerlos… Sé cuando están alrededor de mí, hay cuatro canales para saber que hay un ángel cerca.

—¿Desde cuándo puede hablar con ellos?

—Cuando era niña no sabía que había ángeles cerca, pero siempre supe que había algo que me ayudaba y me amaba. Nunca me sentí caer, era como si alguien me tuviera siempre en brazos acunándome. Pero el primer ángel lo ví hace siete años, era el arcángel Rafael que me ayudó a dejar de fumar y perder peso. Es el ángel de la salud.

—¿Conoce a muchas personas que tengan esa habilidad?

—Todo el mundo la tiene, no soy especial. Mi trabajo es viajar por el mundo y llevar los ángeles a la vida de las personas para que puedan ser felices y reencontrarse a sí mismos. Todo el mundo puede verlos, olerlos y oírlos si practica. Solo soy la maestra que explica a la gente cómo hacerlo.

—¿Qué le dicen los ángeles?

—Tengo un acuerdo con los ángeles. Cuando estoy en una situación privada y conozco a alguien no quiero saber qué está ocurriendo en la vida de esa persona. Solo puedo verlo si me pide que lo haga, entonces los ángeles me proporcionan imágenes.

—¿Y qué puede ver cuando alguien se lo pide?

—Cualquier cosa. Me preguntan qué pueden hacer para conseguir más dinero, un trabajo mejor, resolver sus problemas de pareja… Podemos recurrir a los ángeles para todo, pero no soy una adivina. Solo veo potenciales y se lo digo a la gente. Los ángeles solo dan consejos, ponen deberes, pero no pasa nada si no quieres hacerlos o no puedes hacerlos. En ese caso se busca otra solución. Son amables, cálidos y respetan la libertad de cada cual.

—¿Hay ángeles malos?

—Hay energías negativas, pero para mí no son ángeles. Si abres la puerta en una habitación oscura entra la luz. La oscuridad nunca gana.

—Si un ángel le muestra que alguien va a sufrir un accidente, ¿le advierte?

—Ese es otro trato que tengo con los ángeles. Si veo una enfermedad nunca diré que tienes cáncer, recomendaré a esa persona que visite al médico. A menudo la gente no se siente bien y ya saben que hay algo que no funciona bien. Pero nunca les digo si van a morir ellos o alguien de su familia, podría hacerlo, pero renuncié a ello. Dije que no quería ver esas cosas.

—¿Los ángeles tienen alas como en la iconografía religiosa?

—A veces sí. Cuando la gente ve un ángel por primera vez suelen ser así, porque si no no creerían que es un ángel. Yo los veo con colores alrededor y suelen decirme sus nombres.

—¿Cuántos ángeles hay?

—Infinitos. Yo suelo estar en contacto con unos 15, pero hay muchísimos más.

—¿Todo el mundo tiene un ángel?

—Como mínimo. Tenemos al menos dos, uno con energía femenina y otro con masculina. Uno te dice ´¡vamos, adelante!´ y el otro, ´si no quieres hacerlo no pasa nada´. Son como papá y mamá. A menudo la gente tiene tres, cuatro o cinco ángeles. Depende de si los llamas o no, porque ellos no están autorizados a interferir en tu vida, excepto para sacarte de una situación peligrosa cuando tu hora no ha llegado. Creo en la reencarnación. Los muertos dicen que hay cinco momentos en la vida en los que las almas pueden elegir entre quedarse en la Tierra o volver a casa [con Dios]. Como cuando decides cambiar de asiento en el autobús y el que se sienta allí muere. La quinta vez ha llegado tu hora.

—¿Los ángeles tienen sexo?

—No, porque no tienen cuerpos. Depende de lo que hagan. El ángel Miguel es muy masculino y Gabriel se encarga de ayudar a los padres con sus hijos, es una energía más femenina. Para mí Gabriel es una mujer.