La agitación del movimiento ´antiautopista´ animó a un grupo de habituales en Ca na Palleva a trasladar la lucha contra el PP al escenario político. Al principio fueron 10 personas (Fanny Tur, Cati Torres, Marián Suárez, Albert Prats, Josep Maria López Garí, Pep Costa, Marcos Lluy, Joan Antoni Bonet, Mariano Torres y Joan Ramon de Ca na Palleva), a los que luego se sumaron otros dos: Ricard Marlasca y Alfredo Oliver.

Estas 12 caras, unas más conocidas y otras menos, gestaron durante dos meses, a partir de mayo de 2006, en reuniones en el domicilio de Fanny Tur (algunas de las cuales se prolongaban hasta las dos de la madrugada) el embrión de lo que iba a ser Eivissa pel Canvi (ExC).

En estas primeras reuniones en casa de Tur se discutió y elaboró minuciosamente lo que debían ser las señas de identidad de este movimiento político: el manifiesto, al que se han llegado a adherir más de 700 personas y que leyó públicamente el arqueólogo Benjamín Costa el 3 de junio de 2006 en el baluarte de Sant Bernat, en Dalt Vila, rodeado por simpatizantes de la Plataforma Antiautopista y algunos políticos. Así comenzó a andar ExC y, en poco tiempo, no sólo aglutinó a todos los partidos de la izquierda en un proyecto común sino que se impuso al PP en las elecciones de mayo de 2007 y dio el salto a las instituciones.

Antes de lograr tamaño éxito, la nueva organización ya empezó a mostrar síntomas de debilidad (en la negociación de la coalición con el PSOE y la confección de listas, por ejemplo), con problemas internos, no visualizados aún de puertas afuera, que se han venido arrastrando, en algunos casos enquistando, y que han provocado que la mayoría de sus fundadores y dos de los partidos de la izquierda (ERC y ENE) y parte de los llamados independientes renieguen ahora de la criatura.

Pacto político roto

Esquerra Unida (EU) y los independientes supervivientes se aferran aún a este proyecto y pretenden seguir adelante en una especie de segunda vida de ExC que, según algunos de los artífices de la idea original y que ahora han decidido abandonar el barco, ya no será lo mismo.

Es más, ENE y ERC acusan a EU y a los independientes que apuestan por la continuidad de «romper el pacto político» alcanzado en la constitución de ExC por el cual esta formación sólo podía funcionar con las llamadas ´cuatro patas´ (los tres partidos e independientes) y que el día que alguna de ellas decidiera marcharse, ésta debería desaparecer. Ahora mismo este debate está erosionando aún más si cabe los problemas internos de ExC. La última reunión de la coordinadora decidió encargar un informe jurídico para analizar esta cuestión. Fanny Tur y Pep Costa, dos de los fundadores, el presidente de ERC en las Pitiusas, Josep Antoni Prats, y el secretario general de ENE, Maurici Cuesta, recuerdan que se decidió registrar ExC como un partido, a pesar de no considerarse ni funcionar como tal, por una cuestión burocrática (no se puede inscribir en el Ministerio del Interior una agrupación de partidos u otra fórmula que no sea la de un partido) para evitar que cualquiera, especialmente el PP, pudiera arrebatarles la marca (ExC), el símbolo entonces del movimiento. Los partidos sugirieron incluso que no se hiciera público. Este periódico ha tratado infructuosamente de recabar la opinión del entonces coordinador general de EU Joan Rubio, que fue quien representó a su partido en la negociación con el resto de fuerzas.

Aparte de blindar el nombre, Tur, Costa, Prats y Cuesta coinciden en que los estatutos que se redactaron para constituir el partido (que no tenía que ser un partido en la práctica) se configuraron de tal manera para que quedara patente «la filosofía de que ExC eran cuatro patas y si fallaba una de ellas, ExC dejaba de ser lo que era». «Lo diga o no claramente los estatutos, se quedó así», agrega la actual directora adjunta del Institut Ramon Llull, Fanny Tur.

Para ello, se decidió que seis personas, un representante de cada partido (Maurici Cuesta por ENE, Esperança Marí por ERC, Joan Rubio por EU) y tres independientes (Josep Maria López Garí, Albert Prats y Pep Costa) firmaran a título personal ante notario el 22 de enero de 2007 los estatutos del partido como únicos afiliados del mismo y en los que se especificaba que todo acuerdo que se adoptase debía ser por «unanimidad». «Esta es la manera que se acordó para garantizar que cualquier acuerdo debía contar con el visto bueno de todas las partes que forman ExC», dice Pep Costa que, por su profesión de abogado, fue el encargado de redactar los estatutos.

Una disposición transitoria especificaba que dichos estatutos eran válidos de forma «indefinida» hasta que se superara la cifra de 15 afiliados, momento en el que se procedería a su reforma para establecer «un sistema de toma de decisiones mayoritario». Sin embargo, nunca se llegaron a afiliar nuevas personas. La organización siempre dirige las convocatorias de las asambleas a las personas que en su día se sumaron al manifiesto y que proporcionaron su dirección.

Ahora los nuevos estatutos, aprobados el pasado día 18 pese a la oposición de ENE y ERC (los militantes de ambos partidos ni siquiera acudieron a la asamblea) al entender que rompen el pacto político inicial, especifican que todos los firmantes del manifiesto son afiliados al partido. Además se eliminan las cuotas de los partidos a la hora de constituir el nuevo órgano de dirección, lo cual ha abierto una nueva brecha interna. ENE y ERC reclaman que se mantenga la estructura pactada al principio hasta el final de la legislatura, cuando ambos partidos harán efectiva su salida de la formación que aglutina a toda la izquierda salvo al PSOE.

La coordinadora general de EU en las Pitiusas, Elva Alonso, advierte de que ExC «no ha funcionado nunca» tal y como se regula en los estatutos originales (todo acuerdo, por ejemplo, debería ser aprobado por unanimidad por los seis firmantes), por lo que defiende la reforma estatutaria aprobada hace unos días en asamblea y que, según ella, ha servido para constatar que ExC debe seguir adelante aunque se pierdan algunas de sus patas. «Mantener esa situación [los estatutos anteriores] podría acarrear problemas jurídicos ya que se puede entender que había gente que tomaba decisiones cuando no podía hacerlo», justifica.

En los primeros estatutos, el domicilio social de ExC se situaba en la librería Mediterránea, en la avenida de España, y, como segunda dirección, se incorporaba el apartado postal privado de Pep Costa. Además, el abogado recuerda que se tuvieron que modificar los estatutos ya que el Ministerio del Interior exigía que el partido tuviera un presidente, algo no previsto inicialmente. Eso se corrigió incorporando esta figura y se pactó que los seis firmantes (los únicos afiliados del partido) irían ejerciendo esta función de representación del partido (para inscribir a la formación en la Junta Electoral, por ejemplo) en un sistema rotatorio de seis meses siguiendo el orden alfabético. Ahora, en los nuevos estatutos la librería ya no es el domicilio social del partido. «Será el que fije la coordinadora», dice el texto.

Segunda oportunidad

Elva Alonso considera «discutible» que su partido y un grupo de independientes no puedan seguir adelante con ExC. El conseller Albert Prats, fundador, ´número 1´ de la lista al Consell en las pasadas elecciones tras ganar el proceso de primarias y que también apuesta por la continuidad, reconoce que «no es deseable esta situación » y que aún tiene «esperanzas», pese a las hondas diferencias que mantienen los aún socios políticos, de que se pueda mantener unida la izquierda. «Si gana la derecha ya sabemos qué futuro le espera a Ibiza», advierte.

«Tendríamos que darnos una segunda oportunidad», propone, aunque a su vez reconoce que, pese a los intentos que, según él, se están haciendo, «cansa querer y no ser querido», en referencia a las «duras «críticas» de los partidos que han optado por abandonar la formación. En este sentido, Albert Prats sostiene que ExC seguirá siendo «lo mismo» en esta segunda vida que iniciará seguramente la próxima legislatura ya que, recalca, hay «gente que se ha querido autoexcluir».

Partido de independientes

Durante los primeros meses de la legislatura algunos miemnbros del grupo de independientes plantearon constituirse como partido (propusieron incluso el nombre de Gent per Eivissa), pero al final se rechazó.