Los tímpanos apenas pueden soportar los decibelios de las gargantas de los estudiantes del Sant Agustí cuando sus representantes recogen el trofeo. «¡Sí, sí, sí, la lechuza ya está aquí!», gritan. «No nos lo esperábamos, pero la verdad es que los chavales estaban muy motivados, no habían llegado nunca a la final y querían ganar», comentan Elionor Crespí y Llorenç Carrió, los profesores que durante los últimos meses han intentado que los alumnos de cuarto de Secundaria del instituto se convirtieran en una Mini Larousse de la cultura pitiusa. Los estudiantes cogen de bracete a la lechuza, levantándola unos centímetros. «Le buscaremos sitio», afirman los profesores, encantados de adoptar la figura hasta el próximo Eivissàpiens, mientras disparan la cámara de fotos a la velocidad de una metralleta para no olvidar la ajustada final, que se ha decidido por apenas 54 puntos.

Los otros finalistas, de los institutos Balàfia, Sa Real y Santa Maria, salen del auditorio mientras los agustiners siguen celebrando una victoria que no imaginaban tres horas y media antes, en el momento de entrar en la abarrotada sala. Algunos estudiantes han customizado las camisetas para la final. Los nombres y mensajes de ánimo traspasan el algodón blanco llenando brazos, caras y frentes. Sant Agustí se siente con suerte. Les ha tocado el rojo, el mismo color que les tocó en la eliminatoria que ganaron. A pesar de eso, la primera ronda de preguntas se les da fatal. ¿Las murallas renacentistas están terminadas? ¿Quién era ´Portmany´? ¿Y Vicent Calbet? ¿Cómo se llamaba el corsario ibicenco que capturó el ´Felicity´?… Obtienen la puntuación más baja. Santa Maria se pone en cabeza y todos, estudiantes y profesores se desgañitan de contentos.

Cuando se recuperan de la emoción, Toni Marí, Rota, ya está en el escenario para sembrar una duda. «¿Qué es esto que tengo aquí?», pregunta empuñando un arma de fuego y posando como el mismísimo James Bond. La duda no se resuelve hasta minutos más tarde, en el turno de preguntas que empieza después de que Daniel Marcial Korn, mestre d´aixa, explique en qué consiste su empleo. El arma, que muchos creen un trabuco, es en realidad un catxarrillo. Santa Maria sigue en cabeza.

´Ressonadors´ y rifirrafes

Pere (Sant Agustí), Carlos (Sa Real), Carol (Balàfia) y Pere (Santa Maria) se enfrentan a la primera prueba de pulsadores, que tiene como protagonista al proyecto ´Ressonadors´. En el escenario los estudiantes apenas dejan sonar unas notas de cada tema antes de adivinar de qué canción se trata. Sólo se les resiste una de las catorce: ´De jo et vas despediguent´. En la platea empiezan los primeros rifirrafes verbales entre hinchadas: «¡Tooooongo!», «¡Manos arriba! ¡Esto es un atraco!». Los profesores estiran cuellos, orejas y suspicacias en la última fila. Joan Murenu, sentado en el primer sitio que ha visto, se cambia a una butaca sin ningún alumno cerca, por lo que pueda pasar.

¿Qué plato se hace con verdura y guixes? ¿Qué alcohol se utiliza en el cafè caleta? El apartado de gastronomía coloca a Sant Agustí en segunda posición, justo después del Santa Maria. Maganza debe interrumpir en varias ocasiones ´La nostra enciclopèdia´. Las definiciones que lee a los capitanes de los equipos no se escuchan debido al griterío ensordecedor que hay en el sapiódromo. Se acerca el final y todos están nerviosos. Las risas del concurso de brulada de corn, y la actuación con preguntas de Joan Murenu, que tiene ante sí a 200 adolescentes cantando brazos en alto, rebajan unos grados la tensión justo antes de la competición de ucs. Nadie puede aguantar las carcajadas. Ni siquiera el presentador, que lanza «el primer uc uruguayo», y los expertos aguantan el tipo. Vicent, de Sant Agustí, el más verro de este Eivissàpiens, se lleva los 20 puntos.

Las luces se atenuan para David Serra y Joan Barbé (un 20 por ciento de Statuas d Sal), que deben interrumpir sus temas ´Merengue´ e ´Imbécil´ para las preguntas, dejando a todos de pie y con las palmadas a medias. «Oootra, oootra, oootra…», corea el auditorio, que se sale con la suya porque el conseller de Cultura, Marià Torres, y la concejala de Cultura de Vila, Sandra Mayans, que deben entregar los premios, no han llegado. Los músicos cantan ´Tu ja m´entens´ y ´Jo tenc una enamorada´. Y llega la última prueba: adivinar el punto de la isla al que se va acercando una imagen. El portavoz de Sa Real es implacable.

Maganza, sádico, alarga el momento de dar las puntuaciones. Unos suspiran. Otros se muerden las uñas. Algunos no pueden ni hablar. Sant Agustí, 1.620 puntos; Sa Real, 1.470; Balàfia, 1.515; Santa Maria, 1.566. Tres cuartas partes del auditorio se desinflan. La banda izquierda salta por encima de las butacas corriendo hacia el escenario.