Ni las bajas temperatura registradas, ni la cacareada muerte de hippismo, ni los disuasorios controles de alcoholemia pudieron contener la noche del sábado a una verdadera riada humana que marchó peluca en mano y con paso firme hacia el centro de Sant Antoni, donde se celebró con un rotundo éxito de participación la quinta edición de la evento más popular del programa de fiesta de la localidad, en marcha desde el viernes: la `Flower Power´ en versión portmanyí.

Tanto la carpa principal montada por el Ayuntamiento como las calles y los bares que abren en invierno de la zona del West End se engalanaron para esta ocasión festiva, colgando banderolas de colores y haciendo guiños a esa época que se desarrolló entre los años 60 y 70.

E igual hicieron buena parte de los asistentes, que dieron de nuevo rienda suelta a su imaginación para ataviarse de un modo sólo posible de ver en ocasiones como ésta o el carnaval: pelucas de palmo, collares hasta el ombligo, gafas de sol de colores, camisas y chaquetas rescatadas del baúl del abuelo, caras pintadas con los símbolos la de paz y flores tras las orejas.

Pancartas `reivindicativas´

La novedad de este año fueron las pancartas que portaban algunos de los participantes con lemas políticamente incorrectos como `Menos guerras del golfo y más golfas con ganas de guerra´. Al lado de la carpa del Passeig de ses Fonts se instaló un mercadillo artesanal proveía de los complementos necesarios.

Un camión transportaba a los miembros de Can Raia Rock Band, que ofrecían un concierto por las calles de la población. Los bares sacaron barras a la calle y la música retumbó por ellas hasta bien entrada la madrugada, a pesar de algún vecino molesto.