Eivissa | Laura Ferrer Arambarri

Un té y un plátano está desayunando Tur Olmo cuando entramos en su despacho para entrevistarle. Puede que esa sea la receta de un hombre incombustible, que debe ostentar el récord de ibicenco más viajero de la historia y que salpica la conversación de anécdotas de sus viajes, imposibles de reproducir en sólo dos páginas. Llevaba cuatro años al frente del Fomento y va a seguir otros dos, aunque reitera que le han tenido que convencer.

-Dos años más y quería jubilarse... ¿Es usted fácil de convencer?

-No, fue muy difícil porque yo he insistido durante seis meses en que me iba en todas las reuniones del comité ejecutivo. Y hace veinte días decía lo mismo: que me iba. Esto provocó una reunión de los patronos, es decir, de las empresas que más nos dan de comer, que protegen a Fomento y me dijeron que no me podía marchar porque no había candidato que consideraran útil a la promoción de la isla. No he sabido nunca quiénes o quién era ese candidato alternativo que estaba interesado. Fueron ellos los que me propusieron seguir, poniéndome tres subdirectores, primeras espadas de estas empresas: Juan Ramón Escandell, uno de los hombres de confianza de Vicente Guasch de Invisa; Toni Torres, de Alonso Marí que es un gran trabajador y Catina Clapés, que es la directora de Marketing de Sirenis y es una de las personas que siempre ha venido aquí a aportar ideas y a discutir. El Fomento ha salido ganando con estos tres vicepresidentes.

-Tal y como ha comentado, los tres vicepresidentes son personas muy conocidas en el sector, vinculadas a tres grandes empresas. ¿No cree que esto puede dar la impresión de que son tres o cuatro grandes compañías las que controlan el Fomento o que velan por sus intereses a través de la institución?

-No. Durante la directiva del comité ejecutivo se dijo que iban a proponer a estas personas y a todo el mundo le pareció de mil amores porque tienen una gran experiencia en promoción dentro de sus propias empresas. En las campañas de promoción en Levante se reparten obsequios entre los agentes de viajes y son las grandes empresas las que han hecho un esfuerzo y se han implicado. No se les ha hecho vicepresidentes por este detalle pero sí por ser los que más interés han demostrado. Todo el mundo, por unanimidad, aseguró que eran los mejores. También se decidió que siguiera yo. Dijeron, modestia aparte, que lo había hecho demasiado bien. Que el Fomento tenía mucho prestigio por el equipo que habíamos formado Jorge Alonso [gerente de Fomento del Turismo] y yo. Incluso Fomento del Turismo de Mallorca y de Menorca me llamaron y me dijeron: Pepe, no te vayas.

-Política y turismo ¿nunca se van a llevar bien?

-Un político se debe a sus electores, en cambio, el profesional como nosotros trabaja en general por la isla. Si sé que un periodista ha escrito algo con un poco de saña contra la isla voy y le invito a cenar. Tengo la ventaja, como es lógico, de saber idiomas y con esta gente me puedo entender mejor y llevo muchos años tratando con ellos.

-¿Fomento se siente ninguneado desde que se creó la Fundación para la Promoción Turística a iniciativa del Consell?

-No.

-Pues mucha gente se pregunta de qué sirve el Fomento ahora.

-Para hacer de asesor en muchísimas cosas relacionadas con la promoción turística. El que sabe de promoción es Fomento porque en el Consell es gente recién llegada. No quiero decir que sean tontos, ni mucho menos, pero no tienen nuestra experiencia.

-Es decir, que el futuro de Fomento es asesorar a la Fundación.

-Así es, yo soy vicepresidente de la Fundación y participamos de manera directa... Creo que vamos a tener una buena sintonía con el Consell, aunque siempre está la diferencia del mundo particular del turismo y el mundo político, que son cosas en las que yo no entro. Yo no quiero ser político, he tenido oportunidades de entrar en política y no lo he hecho. No sería mi ambiente.

-Entonces, ¿el trato con el Consell es bueno?

-Sí...

-Pero no lo fue al principio.

-Creo que entró como un elefante en una cacharrería y se dieron cuenta de que tenían que contar con el Fomento. Nosotros no miramos si nos llama uno del Pacte o uno del PP, pero lo que sí tienen que hacer es cuidarnos.

-Tampoco está manejando Fomento grandes presupuestos.

-Si no fuera por las aportaciones de las grandes cadenas hoteleras, del Consell y el Ibatur... Con las cuotas de los socios tenemos para pagar a los empleados, el teléfono y poco más. Podríamos, como mucho, ir un día a Valencia a hacer una promoción. He visto una buena predisposición por parte del Ibatur. Yo hablo mucho con Joan Sastre [director general de Promoción] y ellos reconocen que son de Unión Mallorquina y que no tienen presencia en Eivissa pero están intentando ayudarnos en todo lo posible. Jorge [Alonso, gerente de Fomento del Turismo] fue a Palma para reactivar las actividades de `Un invierno en Eivissa´ y todo fueron puertas abiertas.

-En su discurso de la asamblea del Fomento del pasado jueves por la noche remarcó mucho la falta de limpieza de la ciudad, los viejos problemas de la isla como el puerto y el aeropuerto...

-Habría y, lo digo en serio, que multar a quien tirase papeles en la calle o tirarse la basura a deshoras... En países europeos ya sucede y es la única manera. También hay mucha gente que ha venido a la isla a hacer negocio y todo lo demás le da igual... si se cuida o no se cuida. Hay que machacar estas cosas porque nos estamos jugando con el porvenir de la isla y el bienestar del futuro. ¿De qué viviríamos? Yo he conocido Eivissa cuando la gente se iba con pateras a Argel por la miseria que había. El puerto... yo no digo si hay que hacerlo cuadrado, triangular o circular, pero que hagan un puerto que sea funcional, que tenga un resguardo, una cafetería, unas escaleras cómodas para acceder al barco. No se puede estar como se ha estado siete años discutiendo qué hacemos. La reforma del puerto tenía que haberse hecho junto con el dique aprovechando los fondos europeos... Nos hubiese salido gratis. Y el aeropuerto... en Menorca hay cuatro fingers con la mitad de pasajeros.

-¿Cree correcta la promoción turística que están haciendo de Eivissa el Consell y el Govern?

- Habría que sentarse en una mesa y saber dónde cojea nuestro pie, hablar con touroperadores y descubrir las causas de por qué no vienen los turistas.

-Tal y como apunta, Eivissa está perdiendo turistas ¿por qué?

- Hay una coyuntura internacional desfavorable... pero hay clientes que se van enfadados porque los precios son altos y el servicio no siempre es bueno. Hay poca amabilidad. No se trata de ser serviles pero, si ves a dos extranjeros mirando un mapa en Vara de Rey, te acercas y les ayudas. Eso no cuesta nada y esas personas lo van a agradecer muchísimo. En Croacia, por ejemplo, es una maravilla la amabilidad de la gente y lo bien cuidado que está el entorno de la ciudad amurallada. Es como para tomar ejemplo de ellos.