MOSTRA DIGITAL
Música para monos y novias muertas

Mike Figgis, Nacho Campillo y Paolo Ferrari discutieron los pros y los contras de las nuevas tecnologías / Juan A. Riera
Eivissa | Marta Torres
«Yo llevo siempre una cámara pequeñita encima. Si este edificio se desplomara ahora mismo podría ponerme a grabar y cobrar después mucho dinero por esas imágenes», apuntó el director británico, que reconoció que le gusta la calidad de imagen que se obtiene con las nuevas cámaras pequeñas «similares al cine realista de los años 30», apuntó. «Ahora podemos tenerlo todo y eso es bueno. Yo lo veo todo a través de You Tube y lo que me importa no es la calidad de lo que busco sino el contenido», confesó Figgis ante la cara de estupor de Campillo. «Hemos perdido el lado humano de la música con las nuevas tecnologías. Se ha convertido en una industria de usar y tirar», comentó el cantante. Campillo y Figgis. O como diría Umberto Eco: apocalípticos e integrados. Aunque el tema de la charla organizada por el Govern balear era `La música en la era digital´, Figgis no pudo resistirse a hablar de lo que parece apasionarle, las cámaras. «Hay que tratarlas con cariño, como si fueran un bebé», señaló poco antes de ceder su asiento al siguiente conferenciante.
Xicu Lluy, historiador y periodista colaborador de Diario de Ibiza, desveló a los asistentes la figura de Carlos Cardona, «uno de nuestros pocos hombres de cine», definió. «Fue un currante. Se lo ganó a pulso, desde abajo, desempeñando tareas casi siempre detrás de las cámaras. No había nacido para actuar y él nunca se engañó», afirmó antes de hacer un guiño a la histórica rivalidad entre Eivissa y Mallorca: «Ellos tienen a Fortunio Bonanova, el profesor de canto de `Ciudadano Kane´, nosotros contamos con Carlos José Cardona Tur, sin duda menos fanfarrón y mucho más discreto y modesto».
El mono gigante
Lluy desgranó los pocos detalles de la vida de Cardona que se conocen. Que se marchó «de la finca familiar de Can Pis, en Sant Rafel» rumbo a Connecticut, «donde ya se había instalado un primo suyo que le ayudó a abrirse camino en el país», que se dedicó a la fabricación de relojes, que se compró una moto y que su «experiencia iniciática» en el cine fue participando en el rodaje de un anuncio. Xicu Lluy explicó que el ibicenco actuó como extra «en un filme de tiros, arena, cactus y mexicanos» en `La ley de la pradera´, que calificó de mediocre, y que Cardona bailó en `La viuda alegre´, «un éxito clamoroso de la Metro Goldwing Mayer». Fue después de estas actuaciones cuando «asumió sus limitaciones» y «se dio cuenta de que su futuro estaba realmente en la tramoya, las maquetas de los más extraños artefactos y la construcción de miniaturas». Fue entonces cuando la RKO contrató al ibicenco con la idea de embarcarlo en un arriesgado proyecto: `King Kong´.
En plena resaca del Crack del 29 el estudio quería sacar adelante la historia del mono gigante, «un filme relativamente barato capaz de seducir a un público deprimido y sin ganas de pensar demasiado». Con la crisis económica debían usar «más imaginación que recursos». Así que encargaron a Carlos Cardona, que trabajó junto a los hermanos Delgado, «la realización de una singular estructura metálica, de aluminio, que diera forma a la horrible bestia».
El historiador y periodista señaló que después de `King Kong´ el ibicenco participó también en `Ben Hur´, donde Carlos Cardona tuvo a su cargo a un equipo de veinte hombres con los que preparó «algunos de los más impactantes efectos especiales, entre los cuales siempre nos entusiasmará la carrera de cuádrigas». Pero la aventura del ibicenco en Hollywood no se quedó ahí. Fundó su propia empresa, la Cardona Company, «centrada en los ingenios mecánicos y de uso militar», explicó el conferenciante, que destacó que Carlos Cardona llegó a patentar «hasta 33 inventos, muchos de los cuales fueron adquiridos por el gobierno norteamericano».
Xicu Lluy señaló que el pitiuso regresó a Eivissa tras su jubilación, a los 69 años, después de medio siglo de aventura hollywoodiense. «Le costó adaptarse a la España gris del Franquismo, pero lo consiguió al fin y al cabo», concluyó antes de que la veintena de asistentes estallara en aplausos.
La novia cadáver
Entre los que más aplaudían, los hermanos Grangel, que se disponían a desvelar algunos de los secretos de `La novia cadáver´. Especialmente de sus personajes. En la pantalla que acompañaba sus explicaciones el público descubrió siluetas jamás vistas. «Es que, por ejemplo, en el caso de los niños, hicimos muchos bocetos de personajes a pesar de que sólo salían tres. Luego Tim Burton escogió los que más le gustaban», indicó Carlos Grangel. El dibujante destacó que al ver los bocetos, la Warner se negó a que aparecieran en la película los esqueletos de niños que viven en el mundo de los muertos. «Tim Burton dijo que si no salían los niños que no hacía la película», recordó. `La novia cadáver´ se rodó con esqueletos infantiles chupando piruletas y rodando el aro como estaba previsto en el proyecto del excéntrico director.
Los hermanos señalaron que para dar forma a los protagonistas del proyecto de Burton consultaron imágenes de la Inglaterra victoriana y que después caricaturizaron a los hombres y mujeres que aparecían en ellas. «Lo de la caricatura lo teníamos mucho por mano ya que trabajamos en la editorial Bruguera, con los cómics», matizaron mientras en la pantalla se sucedían los bocetos de los personajes. Algunos dibujados sobre cajas de galletas o de cereales desmontadas. «Cualquier soporte es bueno para dibujar. Además, el color de algunos de estos envoltorios favorece al dibujo», confesó Carlos Grangel.
Ambos hermanos destacaron la libertad con la que trabajaron para Tim Burton. «Es un director que delega y confía mucho en su equipo», comentaron antes de que Jordi Grangel pasara a explicar a los asistentes cómo se elaboraron los muñecos y decorados con los que se rodaría después `La novia cadáver´ siguiendo la artesanal y laboriosa técnica del stop-motion, que consiste en mover a mano estas figuras, hacer una foto, mover, fotografiar, mover, fotografiar. Y así constantemente. En un solo segundo de película hay 24 movimientos. Para dar una idea del trabajo que implica un rodaje así, los hermanos concluyeron su charla con un divertido montaje en el que, con la música de Benny Hill, se veía en uno o dos minutos el trabajo de uno de estos pacientes animadores durante una jornada. Aceleradísimo.
- Agresión sexual múltiple en Ibiza a una mujer discapacitada
- Ibiza es una isla de mierda donde todo el mundo se droga, te estafan desde que llegas hasta que te vas y huele a mierda
- De ser propietario de un restaurante en Ibiza a una terrible cárcel de Rumanía
- Llega a Platja d'en Bossa una patera con 22 migrantes a bordo
- Alarma en el Cetis: desalojan a más de 200 personas por un fuerte olor a cloro
- ¿Por qué hay dos coches aparcados en la plaza del Parque?
- «En Ibiza los pisos vuelan, hay cola para comprar»
- El hartazgo de un taxista: «Esto va a ser la ‘llei pagesa’»