A la conquista de Europa

Dos de los cocineros en acción, ayer, durante el `ensayo general´ en las cocinas del SOIB / Moisés Copa

Dos de los cocineros en acción, ayer, durante el `ensayo general´ en las cocinas del SOIB / Moisés Copa

Eivissa | José Manuel Piña

Los fogones de la cocina de la Escola de Formació del SOIB ardían ayer de nuevo a su mayor intensidad. Un grupo formado por tres jóvenes cocineros y sus ayudantes competían entre sí por lograr la mejor preparación y el aspecto más apetitoso para dos platos elaborados con los ingredientes básicos del salmón y el cordero. Pero en realidad, los tres jóvenes no competían entre sí. José Miguel Bonet Cardona, Moisés Machado Tamayo y Francisco Hervás Mora se entrenaban para su participación en la fase autonómica del concurso Paul Bocusse, que se llevará a cabo el próximo mes de marzo en Palma. «Buscamos al mejor, nunca al peor», anunció poco antes de la reunión del jurado su portavoz, el también cocinero Felipe de la Peña. En caso de superar la fase autonómica, el ganador se enfrentará a los cocineros seleccionados en el resto de autonomías en la fase estatal del certamen. Y de ganarla también, debería mostrar sus habilidades en la fase europea y final de este concurso, que se celebrará en París el próximo mes de mayo.

Representación destacada

No se trata de una quimera. Dos cocineros ibicencos han ganado ya dos de las seis fases autonómicas que ya se han llevado a cabo en años anteriores y quedaron en tercer y séptimo lugar en la nacional. El concurso Paul Bocusse se celebra con carácter bianual y para la presente edición en las Pitiüses se habían presentado diez solicitudes. La prueba de ayer se realizó a tiempo real, aunque «sin la tensión» del concurso. A pesar de ese atenuante, Felipe de la Peña admitió que al comienzo de la prueba sí había habido «cierto nerviosismo».

Por su parte, los tres jóvenes bregaban con los ingredientes complementarios que habían elegido para acompañar el salmón y el cordero. «Yo estoy preparando el salmón en tres formas diferentes, dos crudas y una cocinado», explicaba José Miguel Bonet, enunciando ingredientes como aguacate, cebolla y pepinillo crudo. Para cocinar el segundo, el joven, que ya lleva diez años como profesional en el restaurante familiar, Es Ventall, se había provisto de espinacas, pasas, cebollas, pimiento, laurel y otros ingredientes para preparar el costillar y la falda de cordero programados, que iba a completar con un paté preparado con los riñones del animal, entre otros aderezos.

A mediodía, todos los platos debían estar preparados para que el jurado los calificase. «Votaremos de 1 a 10 la presentación, el sabor y la elaboración, teniendo en cuenta para este último aspecto la higiene con la que ha trabajado y también la economía, que es un aspecto importante porque no hay que tirar nada», aleccionó Felipe de la Peña. «Si se desperdicia un buen pescado, carne o cualquier otro ingrediente puede que al propietario del restaurante no le interese contratarte porque no le sale a cuenta un cocinero que no reutiliza el material que sobra. Todo puede reaprovecharse», asegura el cocinero.

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