La feria de artesanía supera el frío
Santa Eulària | A. Pedro
Sobre las once y media de la mañana se inauguró ayer en el Puig de Missa de Santa Eulària la séptima edición de la Feria de Artesanía, en la que participaron cerca de 200 artesanos de las Pitiüses, con la novedad de que este año el certamen contó con la asistencia de algunos llegados de Mallorca y Menorca, que mostraban sus trabajos mientras los elaboraban allí mismo. Fue el caso de Pedro Pons, fabricante artesanal de artículos de ullastre (acebuche), llegado expresamente desde Sant Lluís (Menorca) para mostrar las cancelas que elabora a golpes de hacha y azuela. Algunas se vendieron inmediatamente.
De Mallorca se expusieron en la feria, incluida dentro del programa de actos de las fiestas patronales, las tradicionales llaunes (graseras) fabricadas con láminas de hojalata para condimentar asados o el típico flaó pitiuso. Asimismo, los artesanos mostraban no sólo el artículo finalizado, sino todo el proceso de elaboración.
Un numeroso público, que debía luchar contra el fuerte vendaval, recorrió todo el empinado camino de es Puig de Missa (en cuyas laderas exponían los distintos artesanos) admirando cada uno de los productos. Paralelamente y en distintos tramos de la muestra se llevaron a cabo exposiciones de carros de paseo (de molls), de trabajo y fiesta (de baranes) y de transporte de mercancías (de calaix) y arreos; también hubo una muestra de motos y vehículos antiguos y de animales, donde no faltó el ca eivissenc, que llamó la atención de niños y mayores.
Vecinos de Santa Eulària y personas llegadas de otros municipios asistieron a misa y después pasearon entre los expositores. Muchos otros llegaron más tarde, aunque una gran mayoría degustó los tradicionales buñuelos, elaborados allí mismo, y el pan con sobrasada o queso que ofrecían los distintos puestos, además de otras comidas tradicionales de la isla.
Alpargatas, cestería, todo tipo de embutidos tradicionales de Eivissa y dulces típicos, productos agropecuarios, bordados, encajes de bolillos, aperos de labranza, arneses y guarniciones para animales de tiro y maderas talladas son algunos de los artículos que podían contemplarse y adquirirse e incluso ser degustados allí mismo.
Al pie de la iglesia se había montado un llaüt tradicional con la vela latina, que despertó también la expectación de los visitantes.
El alcalde de Santa Eulària, Vicent Marí, recorrió toda la feria y habló con numerosos artesanos y vecinos que le saludaban. «Es un éxito considerable de público y participantes a pesar de que el día no acompaña demasiado», comentó a Diario de Ibiza.
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