El verano de las florecitas y los ácidos

Charo Ruiz se fue de vacaciones y dejó al mando del stand a su joven equipo / P. M.

Charo Ruiz se fue de vacaciones y dejó al mando del stand a su joven equipo / P. M.

Eivissa | Marta Torres

«Flores, flores, que hay muchas flores, flores». Ya lo decía Rosario en una canción. Lo que no sabía es que años después este estribillo serviría para resumir un tendencia en los diseñadores de Adlib. La verdad es que el blanco sigue ahí como protagonista de las colecciones, aunque cada vez cede más papel a colores y estampados.

El Adlib que han presentado los diseñadores pitiusos este fin de semana en el Salón Internacional de la Moda de Madrid (SIMM) es más alegre que nunca. No sólo las flores alegran las prendas sino que de muchas de las perchas cuelgan faldas, vestidos, túnicas y pantalones de turquesas, verdes, amarillos y fresas con un toque ácido.

Sólo hay que echar un vistazo al stand de Lui Ferrer, Pepa Bonett o Charo Ruiz para darse cuenta. Esta última ha dado una vuelta más de tuerca a su colección Alegría para llenar con degradado de flores azules y rojas matizadas con un punto amarillo sus vestiditos palabra de honor, que son lo más nuevo. La diseñadora se ha perdido esta feria. Se marcha de vacaciones a India pero ha dejado el negocio en manos de su joven equipo. Ruiz ha presentado también algo totalmente nuevo en Adlib: algodón con un punto metalizado. «Es la misma tela de boal pero en plata. Muy suave y que sienta muy bien en verano», explica la diseñadora, que asegura que ha comprobado en un reciente viaje a Brasil lo bien que caen sus nuevas creaciones. De hecho, la diseñadora está ya pensando en su nueva colección, la que presentará en el SIMM del próximo mes de septiembre.

Pepa Bonett también llenó su stand de colores. El mostaza de algunos de sus vestidos se veía de lejos. Lo mismo que el turquesa y el verde con los que Luis Ferrer ha teñido las prendas más nuevas de su colección, en la que asegura que ha vuelto al patronaje más tradicional para evitar que puedan copiarle con facilidad. El diseñador lamentaba que en esta ocasión el Govern no hubiera llevado a Madrid las tradicionales degustaciones de productos de Balears. Ferrer reía con guasa al abrir el mail enviado por el Consell en el que se le citaba para una reunión con el conseller insular de Desarrollo Empresarial, Joan Serra Mayans: «¡Han escrito Adlib con `p´! ¡Adlip! ¿Éste es el interés que le ponen?».

Sin duda, la más exultante de esta edición de la feria ha sido Neli Caldentey, autora de las joyas de su firma Marmade. Nada más llegar a Madrid, la ibicenca deslcolgó las perchas que había en su stand y las sustituyó por las urnas de cristal en las que guardó conchas de plata, grandes corazones de filigrana rellenos de cristalitos verdes encontrados en la playa, preciosos zarcillos con aires morunos y hasta alguna pieza de oro. Ella llevaba colgada su última creación: un caracol de plata con un brillante incrustado. «No quiero hacer piezas de 20 euros y que me encarguen miles. Prefiero hacer piezas más exclusivas y poder trabajarlas bien», comentaba contenta desde el espacio Alma Tierra subvencionado por el Govern balear y en el que desaparecía el invierno que reinaba en toda la feria. Y es que mientras el resto de stands presentaban sus colecciones más cálidas, llenas de lanas, terciopelo y pieles, en el espacio destinado a Adlib todo recordaba al verano que ya está a la vuelta de la esquina y que los diseñadores pitiusos han pintado de flores y con colores muy vivos.

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