Vecinos de Can Misses protestan contra la apertura de una sede de Proyecto Hombre

La protesta fue generaliza en contra del local que el Ibavi está construyendo / Moisés Copa

La protesta fue generaliza en contra del local que el Ibavi está construyendo / Moisés Copa

Eivissa | R. S.

Vecinos de la comunidad de propietarios del edificio Ibavi, en la calle Aubarca 22 de Vila, en Can Misses, se manifestaron ayer por la tarde contra la construcción de un local de Proyecto Hombre en la zona interior de su bloque de viviendas. Se trata de un edificio de protección oficial en el que viven 72 familias con bastantes niños. Sólo hay una entrada al recinto, por la que tendrían que pasar los vecinos y los drogadictos en rehabilitación.

Ayer estaban casi todos en la concentración. Muy indignados, arremetieron contra el Consell, el Ayuntamiento y el Institut Balear de l´Habitatge (Ibavi) del Govern, responsable de la ubicación del local de Proyecto Hombre en este edificio.

El administrador de la comunidad, Antonio Pascual, comentó: «No estamos en contra de Proyecto Hombre, y valoramos su labor social, pero creemos que éste no es el lugar adecuado para ubicar su local». El presidente de la comunidad, Juan Peñalver, mostró su preocupación: «Hay muchos niños pequeños en este edificio y no queremos que convivan con drogadictos», manifestó. Numerosos vecinos mostraron también su indignación con el Ibavi y su preocupación por los niños. «Nosotros también pagamos nuestros impuestos, pero nos tienen marginados», declaró un vecino.

El 29 de diciembre remitieron un escrito al Ibavi con más de 50 firmas de residentes en el que solicitan que no se construya este local, y en el que añaden: «Sospechamos que hay varias familias que se dedican a la venta de drogas y productos varios que afectan perniciosamente a la salud».

Tienen miedo

«¿Quién puede garantizar que el día de mañana no pase nada con las personas que vengan a la sede?», se preguntan los responsables de la comunidad. Muchos vecinos expresaron ayer su temor a que se produzca algún conflicto. No confían en que las personas que visiten Proyecto Hombre estén totalmente rehabilitadas, y creen que podría ocurrir algo grave. También se plantean qué pasaría si una persona supuestamente rehabilitada pudiese vender drogas a sus hijos, o que alguien con dependencia de las drogas pudiese hacer daño a un niño.

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