Denuncian que las bombas de la autovía secan pozos de Sant Jordi

En ocasiones el agua sale a borbotones mientras que en otras es apenas un hilo, pero las bombas instaladas para drenar la acumulación de pluviales en la rotonda de Can Fonoll no dejan de verter todos los días desde octubre litros y litros de agua procedente de los pozos de la zona al torrente de ses Miqueletes o de Can Molineta.

Vecinos de la zona aseguran que están teniendo problemas de descenso del nivel freático y de salinización de los depósitos naturales de la zona debido a esta continua extracción. Además, resaltan el hecho de que no se dé una utilidad a este agua dulce que acaba siendo vertida al mar o absorbida por la tierra.

«Desde que finalizaron la última rotonda de la carretera y se produjeron las primeras inundaciones, estamos teniendo este problema», explicó Manuel Vargas, cuya vivienda se halla situada junto al torrente. «Ahora ha bajado el nivel del agua en la zona, de manera que lo que sale por el colector que desemboca en el cauce es poco en comparación, pero todos los días hay algún vertido», añade.

«He presentado una queja al Consell, hemos avisado al 112, al Govern y al Ayuntamiento de Sant Josep, pero hasta ahora no hemos conseguido nada. La Guardia Civil también ha venido por aquí pero nos ha dicho que, al ser un torrente, es difícil que se pueda hacer algo porque precisamente su función es evacuar agua», asegura. «Colocaron esas bombas para drenar el agua y que no se volviera a inundar la rotonda, pero el problema es que el depósito subterráneo debe estar mal y el agua de los pozos se mezcla con la que se recoge de la carretera y todos los días la sueltan por aquí», concluye.

Margalida Cardona vive junto a Vargas pero con el problema añadido de que el único acceso a su vivienda, tanto de personas como de vehículos, es a través del lecho del torrente. «La casa se construyó hace muchos años, cuando por el cauce ya no corría agua, por eso se hizo con un único acceso por ahí. ¿Ahora qué vamos a hacer?», lamenta. Cardona explica que en octubre era tal la cantidad de agua que tuvo que realizar un pequeño puente con tablas para salir de su casa.