Joan Marí Guasch: «El payés hace un trabajo inestimable que no cobra: mantener el paisaje de la isla»

En la primera década de funcionamiento de la cooperativa de ventas Agroeivissa, los agricultores ibicencos han tenido la oportunidad de vivir del campo, circunstancia que animó a la creación de esta central en 1998, después de más de diez años solicitándola al Consell Insular. En la actualidad, la cooperativa, con 32 socios, de los que dos son mujeres, vende tanto a minoristas como a grandes superficies y hoteles. Su objetivo es seguir manteniendo la misma línea con el fin de competir en calidad y precios.

-¿Por qué se retrasó tanto la creación de esta cooperativa?

-Hubo una mala experiencia con la cooperativa Es Nostro Camp y se ve que esto influyó en general para que no hubiera los ánimos necesarios para crear la central. No viví aquella época, porque era un niño, pero sé que costaba mucho hablar de formar una cooperativa.

-Y ahora se ha visto que es una fórmula empresarial adecuada para explotar el campo.

-Creo que sí, es la mejor sociedad que se adapta a nuestras necesidades. Su función es la de agrupar la producción de una serie de agricultores, programar la producción de un año para otro para disponer de una cartera de clientes y poder servirlos bien, y después colocar esta producción en el mercado en general. La agrupación de productores fue la filosofía que inspiró el nacimiento de Agroeivissa. Ahora hemos triplicado las producciones de los primeros años.

-¿Cuál es la hortaliza que más se produce en Eivissa?

-La que más agradece el público en general y la que tiene un mayor cultivo es el tomate. Estamos entre un 20% y un 22% de producción de tomates y en facturación en algo más de este porcentaje. Actualmente producimos en general alrededor de tres millones y medio de kilos. El segundo cultivo en importancia son los cítricos (naranjas, clementinas, limones, pomelos), que también representan alrededor de un 20% del total de la producción. Le sigue la sandía y el melón, además del pimiento y otro tipo de variedades hasta llegar a más de sesenta artículos diferentes.

-Esta gran cantidad de productos choca con la especialización de las cooperativas de la Península.

-Así es, ya que allí, hay casi una cooperativa por cada producto, pero en Eivissa estamos obligados a hacerlo así porque nos dirigimos a un mercado laboral que consume de todo. Lo último que hemos introducidos con éxito ha sido una variedad de plantas aromáticas, así como de tomates cherry o pimientos de Padrón.

-¿De qué forma influye en la central el coste de la insularidad?

-Pues nos afecta bastante. Estos sobrecostes encarecen los productos. Esto es un grave problema porque cuesta más producir en Eivissa, pero aun así debemos seguir compitiendo en precios.

-¿Cuál es el mercado natural de Agroevissa?

-Tocamos todas las posibilidades porque tenemos una gama bastante amplia. Tenemos tres grandes grupos con un 25% de absorción de la producción cada uno de ellos, que son las grandes superficies, los pequeños comerciantes y la hostelería. Nuestros productos pueden encontrarse en toda la isla. Según un estudio encargado por nosotros, se concluye que los clientes buscan productos locales y esto nos anima a continuar, porque tienen tanta o más calidad que los que llegan de fuera.

-¿Cómo se encuentra el campo de Eivissa para poder seguir manteniendo un nivel adecuado de producción?

-El campo de Eivissa es una asignatura pendiente. Tenemos mucho trabajo por hacer. Tuvimos el `boom´ turístico y la gente se decantó por esta industria. Volver atrás no es fácil, aunque trabajar en la agricultura no creo que sea retroceder, porque este trabajo es fundamental ya que de esta actividad se extraen todos los alimentos y alguien siempre deberá trabajar en el campo. Por ello, creo que es muy importante un apoyo decidido para este sector porque es un asunto fundamental. Debe promoverse que la gente pueda seguir viviendo en el campo y ganarse la vida allí y apostar por la gente joven que desee dedicarse al campo. Creo que ahora hay ayudas importantes para ello, y además, la distribución también la tendrían solucionada. Esto es muy importante porque tenemos muy poco relevo generacional.

- Pero, ¿usted cree realmente que se puede vivir del campo, a excepción de unos pocos y escogidos agricultores?

-Se debe y se puede vivir del campo y tan bien como se puede hacer en otros sectores, pero esto pasa por que sea gente que ame la tierra y la agricultura. Por este motivo, la agricultura en Eivissa debe mirarse como un trabajo multifuncional, porque además de producir adecuadamente, el campesino ayuda a mantener el territorio y esto es una función elemental e imprescindible para el turismo que no podemos obviar de ninguna forma. Vivimos del turismo, pero no debemos dejar que el campo se abandone. Entre todos debemos pensar que Eivissa es un jardín y el campo constituye el entorno de los hoteles, que si están bien cuidados favorece lógicamente a la actividad turística.

-Al hablar de estos temas se le nota a usted muy concienciado.

-Es verdad. Al hablar de estos asuntos me pierdo y me animo solo, porque tengo muy en cuenta estos valores y cuando se habla de proteger el territorio hay que tener siempre presente que quienes lo han cuidado han sido los campesinos.

-¿Ha habido suficiente apoyo durante los últimos años para el campo de Eivissa por parte de las instituciones públicas?

-Creo que los últimos años hemos conseguido concienciar a todos sobre la importancia del campo para Eivissa y el turismo, y después los políticos se ponen las medallas, como corresponde. Nosotros debemos defender nuestro sector y ellos tienen que hacer su trabajo. El payés hace un trabajo inestimable y no cobra por ello, y es el de mantener el paisaje, si no lo hace él, ¿quién lo hará?».