La mujer, que también sufre pérdida de visión y debilidad muscular que le impide andar, deberá abandonar el piso en el que vive en Santa Eulària desde hace más de medio siglo el 2 de febrero.
Nemesia, una anciana de Ibiza de 89 años y con alzhéimer, se queda en la calle
Vicent Marí
La mujer, que también sufre pérdida de visión y debilidad muscular que le impide andar, deberá abandonar el piso en el que vive en Santa Eulària desde hace más de medio siglo el 2 de febrero.
Nemesia, una anciana de Ibiza de 89 años y con alzhéimer, se queda en la calle
Vicent Marí
La mujer, que también sufre pérdida de visión y debilidad muscular que le impide andar, deberá abandonar el piso en el que vive en Santa Eulària desde hace más de medio siglo el 2 de febrero.
Nemesia, una anciana de Ibiza de 89 años y con alzhéimer, se queda en la calle
Vicent Marí
La mujer, que también sufre pérdida de visión y debilidad muscular que le impide andar, deberá abandonar el piso en el que vive en Santa Eulària desde hace más de medio siglo el 2 de febrero.
Nemesia, una anciana de Ibiza de 89 años y con alzhéimer, se queda en la calle
Vicent Marí
La mujer, que también sufre pérdida de visión y debilidad muscular que le impide andar, deberá abandonar el piso en el que vive en Santa Eulària desde hace más de medio siglo el 2 de febrero.
Nemesia, una anciana de Ibiza de 89 años y con alzhéimer, se queda en la calle
Vicent Marí
La mujer, que también sufre pérdida de visión y debilidad muscular que le impide andar, deberá abandonar el piso en el que vive en Santa Eulària desde hace más de medio siglo el 2 de febrero.
Nemesia, una anciana de Ibiza de 89 años y con alzhéimer, se queda en la calle
Vicent Marí
La mujer, que también sufre pérdida de visión y debilidad muscular que le impide andar, deberá abandonar el piso en el que vive en Santa Eulària desde hace más de medio siglo el 2 de febrero.
Nemesia, una anciana de Ibiza de 89 años y con alzhéimer, se queda en la calle
Vicent Mari
La mujer, que también sufre pérdida de visión y debilidad muscular que le impide andar, deberá abandonar el piso en el que vive en Santa Eulària desde hace más de medio siglo el 2 de febrero.
La mujer, que también sufre pérdida de visión y debilidad muscular que le impide andar, deberá abandonar el piso en el que vive en Santa Eulària desde hace más de medio siglo el 2 de febrero.