Amparo Cuenca vive con el temor de que en cualquier momento le llegue la orden de desahucio. Tras su divorcio, en 2014, su exmarido dejó de pagar la mitad de la hipoteca que compartían y, durante un año, hasta que le obligó un juez, tampoco pasó la pensión de sus tres hijas, una de ellas menor en esos momentos.