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Formentera

Sant Ferran dice «¡basta ya!»a la inseguridad en sus calles

Un grupo compuesto por unos cinco individuos mantiene en vilo a comerciantes y vecinos de Sant Ferran con sus acciones violentas. Peleas, robos, amenazas y comportamientos incívicos de todo tipo han acabado con la calma de esta población, que exige que las autoridades tomen cartas en el asunto.

Parte del grupo de ciudadanos de Sant Ferran que se desplazaron hasta el cuartel de la Guardia Civil

Parte del grupo de ciudadanos de Sant Ferran que se desplazaron hasta el cuartel de la Guardia Civil / Radio Illa

Pilar Martínez

Formentera

Sant Ferran es el segundo pueblo de Formentera en cuanto a tamaño y población, un núcleo habitacional con un puñado de calles que convergen en la plaza de la iglesia. Precisamente esta plaza, tradicional lugar de encuentro y paso obligado de los turistas que visitan la zona, se ha convertido desde hace unos meses en un foco de conflicto donde campa a sus anchas un grupo de «entre tres y cinco personas», todos varones, que dedican su tiempo a consumir bebidas alcohólicas y otro tipo de sustancias para, una vez bajo sus negativos efectos, dedicarse a sembrar el caos y sobre todo el miedo entre vecinos y comerciantes.

Peleas, amenazas de muerte, persecuciones, robos y exhibición de cuchillos y hasta de una réplica de un arma de fuego se han convertido en el día a día de una población hasta hace poco tiempo tranquila que anhela, sobre todas las cosas, recuperar esa tranquilidad.

«El vaso ya ha rebosado, no podemos seguir así ni un día más, ¡basta ya!», expresa uno de los vecinos afectados por los comportamientos violentos de ese grupo. «¿A qué están esperando las autoridades para actuar, a que pase algo más grave y luego lamentarnos?», se preguntan hastiados de ver cómo «la Policía y la Guardia Civil no hacen nada o, si los detienen, por la tarde ya están en la calle porque el juez los ha soltado». A la vista de las escasas consecuencias de sus actos, los señalados «se sienten impunes, van por la calle con cuchillos amenazando a la gente, incluso a las ocho de la mañana», aseguran.

La explosiva situación existe en el pueblo «desde hace tiempo», pero últimamente, especialmente durante este último verano, «las cosas se han disparado, va a más cada día», denuncian.

Y los vecinos han decidido plantarse, decir «hasta aquí hemos llegado» y movilizarse para que se produzca un cambio que devuelva las calles y la plaza al pueblo. Un numeroso grupo de afectados se presentó el miércoles en el cuartel de la Guardia Civil para interponer una denuncia colectiva, como adelantó Radio Illa, pero fueron informados por los agentes de que las denuncias debían hacerse de manera individual y sobre hechos concretos.

La impotencia es el sentimiento generalizado de estos vecinos que están viendo desaparecer su forma de vivir en Sant Ferran: «Intentamos ir de frente, cumplir las normas y recurrir a las autoridades para que ellos hagan algo, pero pasan los días, esto va a peor y nadie hace nada», se lamentan.

Comunidad musulmana

Se da la circunstancia de que los componentes de este grupo disruptivo son de nacionalidad marroquí, un hecho que conlleva una serie de prejuicios que la comunidad musulmana, fuertemente establecida en Sant Ferran desde hace más de 25 años, quiere evitar mostrando su repulsa hacia «unos borrachos que quieren manchar la imagen de Formentera y de la comunidad árabe y musulmana que está perfectamente integrada en la isla». Manifiestan «enérgicamente» su rechazo a este comportamiento y dan la espalda a los responsables, a quienes no permiten el acceso a su mezquita ni a sus reuniones. «Si pasa algo realmente grave lo primero que van a cuestionar es a los musulmanes, cuando nosotros no tenemos nada que ver y somos los más interesados en que se haga algo al respecto porque también lo sufren nuestras familias, nuestros hijos», afirman, preocupados.

Una realidad respaldada por el resto de personas que protestan por esta situación: «Da igual de dónde sean, ojalá fueran catalanes, por decir algo, y así no se metería el tema del racismo en una historia que no tiene nada que ver con eso. Estamos hablando de cinco indeseables que se ponen hasta arriba de todo y roban, agreden, insultan y hacen lo que les da la gana porque ven que pueden hacerlo sin que les pase nada», afirma uno de ellos.

Apima

No se trata de la percepción de unos pocos. La situación ha degenerado hasta el punto de que la Apima del colegio Sant Ferran de ses Roques hizo público este jueves un comunicado para exigir, en nombre de las familias, niños y maestros, «un entorno escolar seguro, tranquilo y amable». En el texto, la Apima expresa su «preocupación» ante una situación que se está dando «desde hace meses», con «un grupo concreto» que actúa «impunemente y de manera incívica, inapropiada y, en ocasiones, violenta». Coinciden en que estas situaciones persisten y van en aumento y que «perjudican gravemente el ambiente de seguridad y confianza propio de un pueblo pequeño y una comunidad que convive pacíficamente».

Pasan seguidamente a poner ejemplos de «hechos cotidianos» como increpar a los niños que van a coger el autobús por la mañana; incomodar a vecinos con vejaciones e insultos y hechos más violentos como peleas o lanzamiento de piedras a la hora de entrada del cole. La Apima pide «que se tomen las medidas necesarias para mejorar la seguridad» del pueblo de manera que los niños «puedan crecer en un entorno seguro, jugar en la calle o ir y volver del colegio tranquilamente».

A última hora de este jueves, la Asociación del centro islámico de Formentera emitió también un comunicado expresando su «profundo rechazo a los comportamientos irresponsables de algunos individuos» y solicitando a las autoridades «que apliquen las medidas legales necesarias contra cualquier individuo que ponga en peligro la seguridad pública».

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