Servicios de playas

Adjudicatarios de varias concesiones de hamacas de las playas de Formentera renuncian por no ser rentables

Varios empresarios denuncian que las cláusulas del último concurso para las concesiones de este servicio en puntos del litoral formenterés son imposibles de cumplir o su coste económico hace que sean inviables

Imagen de archivo de una playa de Formentera con sombrillas y hamacas. | C.C.

Imagen de archivo de una playa de Formentera con sombrillas y hamacas. | C.C.

Pilar Martínez

Pilar Martínez

Formentera

Un número creciente de adjudicatarios de los servicios de temporada en las playas de Formentera, los referentes a la explotación de hamacas y sombrillas, han renunciado o están planteándose hacerlo al comprobar que el pliego de condiciones del último concurso es imposible de cumplir si se mantiene un mínimo de rentabilidad.

El número exacto de renuncias es difícil de concretar, ya que desde el Consell insular afirman que de los 38 lotes adjudicados para las temporadas 2023 a 2028 solo tres han desistido a seguir con el negocio, "principalmente por la falta de arena" en las zonas de playa atribuidas (los lotes 24, 39 y 42). Lo cierto es que dos más, los lotes 48 y 49, lo hicieron inmediatamente después de publicarse la adjudicación en febrero de 2023 (donde solo aparecen consignados 33 lotes de hamacas y sombrillas) y un sexto, el lote 44, lo hizo el pasado mes de mayo de 2024

Uno de estos empresarios que tras la temporada de 2023 decidió presentar su renuncia, explica que en la anterior subasta pagaba "unos 15.000 euros de canon", cantidad que ahora ha aumentado hasta "cerca de 24.000" . A esta cifra habría que sumar el gasto que supone la exigencia, según el nuevo pliego de condiciones, de contar con un socorrista titulado durante todas las horas en las que se ofrece el servicio de hamacas y sombrillas, habitualmente de diez de la mañana a ocho de la tarde, siete días a la semana. "Para cumplir con esa norma tienes que tener dos o tres socorristas contratados, a unos 3.000 euros al mes cada uno, si es que los consigues porque no hay tantos profesionales en la isla", explica este empresario, que lleva al frente de un restaurante tradicional de la isla toda su vida.

Pero no es el único gasto al que están obligados a hacer frente. En el nuevo contrato se establece la obligatoriedad de que el personal de las concesiones de playa realice anualmente una serie de cursillos de temática medioambiental que tienen un coste "de entre 12.000 y 15.000 euros", calcula. También están obligados a cambiar los modelos de las hamacas y las sombrillas para unificarlos, unos elementos caros que se pueden alquilar a un precio máximo de 10 euros por pieza.

Haciendo un cálculo básico, una concesión de 50 hamacas y 25 sombrillas con poca rotación de gente, como es el caso de las playas más familiares de Migjorn, suponen un ingreso de unos 750 euros al día, que multiplicado por los 120 días de temporada real, da como resultado unos ingresos medios de 90.000 euros por temporada. "Si quitas el canon, el sueldo de los empleados, los cursos y las hamacas nuevas, acabas en números rojos o ganando 4.000 euros al final de la temporada", se lamenta este profesional.

"No salen las cuentas y no tenemos más que problemas y preocupaciones", afirma otro afectado que también ha renunciado a su concesión tras años de trabajo "para dar un servicio a los clientes de los restaurantes y los quioscos".

Estos adjudicatarios ya no montaron sus hamacas la pasada temporada y aseguran que otros se están planteando renunciar este mismo mes de abril. Esto provocaría que, hasta que se lleve a cabo un proceso de adjudicación directa, muchas playas de Formentera quedaran sin este servicio. Estas renuncias vendrían causadas por la falta de rentabilidad pero también "por la falta de control por parte del Consell, que no impide que se alquilen elementos por encima de su precio máximo, que se coloquen a menos de ocho metros de la orilla o que se reserven", entre otras irregularidades.

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