El Diverspai vuelve a Formentera con novedades y mucha diversión

La isla de Formentera queda prácticamente vacía durante las vacaciones de Navidad, ya que muchos residentes se van a visitar a sus familias o aprovechan estas semanas para viajar. Pero siempre quedan niños y padres con ganas de jugar y para ellos se organiza cada año Diverespai, una propuesta organizada por el departamento de Juventud del Consell que ofrece diferentes actividades lúdicas pero donde los protagonistas principales son los castillos hinchables.

Este año, Diverespai abrió sus puertas el pasado viernes 27 de diciembre y permanecerá instalado en el pabellón deportivo del IES Marc Ferrer hasta el 4 de enero, desde las 10.30 hasta las 13.30 horas; y desde las 16 a las 20 horas. Hay algunas excepciones importantes: mañana martes día 31 solo abrirá en el turno de mañana y el día 1 de enero permanecerá cerrado. El resto de los días, todos los niños que estén por Formentera serán acogidos y cuidados por el equipo de diez monitores y los dos directores de la actividad, Rocío Pavón García y Carlos Calzado.

Novedades

En esta edición, los repetidores se han encontrado con una novedad: un inflable mecanizado con una especie de brazos que van rotando y obligan a los niños a saltar o agacharse y que se ha convertido en el preferido de la mayoría de los asistentes, según contaba ayer Rocío.

Además de los castillos hinchables, el espacio cuenta con varios juegos «de patio», como un minigolf y unos bolos. Para los más pequeños se ha reservado un área acolchada y limitada por pequeñas vallas de plástico donde los bebés pueden entretenerse bajo la atenta mirada de sus padres.

Cada tarde, entre las cuatro y las seis, los monitores sacan su lado más creativo y pintan las caras de los asistentes con diseños navideños y de animales, otra actividad que, según Rocío, tiene un gran éxito.

El acceso al Diverespai es gratuito y los niños pueden ir cuantas veces quieran. «A algunos les vemos cada día, sobre todo por la tarde, cuando anochece y ya hay poco que hacer por la calle. Aquí se lo pasan muy bien».

Los padres también se mostraban ayer encantados con la iniciativa, que aseguran mejora cada año. «Este año está todo muy bien distribuido, hay mucha diversidad y los niños disfrutan mucho; cada año van mejorando», contaba la madre de una niña de cinco años. «Yo he traído a mi niño y a su prima. Es un espacio que permite venir a toda la familia, en mi casa nos turnamos para acompañar a los pequeños y así vienen casi todos los días», añadía su amiga.

Teniendo en cuenta la diversidad y las diferentes sensibilidades de los participantes, a primera hora de la tarde, los monitores intentan rebajar el ruido en el ambiente y reducir al mínimo la actividad, para acomodarse a los menores que pueden sentirse superados por los colores, la música y la emoción.