Sant Francesc de Formentera brilla en su día

El día grande de Sant Francesc empezó con un cielo amenazante, pero la lluvia respetó la jornada festiva y los numerosos asistentes pudieron disfrutar de todas las actividades programadas por las asociaciones Sa Raval des pa i oli y Es Forn; y por los miembros de la parroquia.

Pasadas las 10 de la mañana, la carpa del Jardí de ses Eres acogió a los más madrugadores, que compartieron charla y una deliciosa frita de polp para ir calentando motores. Después, la atención se dirigió hacia la iglesia de Sant Francesc, que los feligreses llenaron para escuchar la eucaristía dirigida por el obispo de Ibiza, Vicent Ribas. La Coral Polifónica de Formentera ayudó con sus voces a hacer la misa más especial todavía.

Al finalizar esta, llegó el turno a la sencilla procesión que recorrió varias calles de la localidad, para regresar a la plaza de la Constitució. Portando las imágenes de los santos estaban varios políticos locales a modo de autoridades, ya que el presidente del Consell, Llorenç Córdoba, no asistió a la misa. Sí lo hizo el único conseller en activo, Artal Mayans, y otros consellers de los diferentes grupos políticos, como José Marí Mayans, Eva Nieto, Javi Serra, Hugo Martínez, Adan Ferrer, Ana Juan, Aleida Escandell y Alejandra Ferrer, estas dos últimas con la indumentaria tradicional.

Tras devolver las imágenes de los santos al interior de la iglesia, los miembros de las collas de ball pagès Es Pastorells y Es Xacoters bailaron para un numeroso público congregado en la plaza de la Constitución, que fue recompensado cuando terminó el baile con unos dulces buñuelos.

Mientras esto ocurría, los miembros de Sa Raval des pa i oli y de la Asociación Gastronómica es Forn, se afanaban preparando las larguísimas mesas instaladas en la carpa del aparcamiento de sa Senieta y los enormes pucheros de arroz de matanzas que empezaron a servir cerca de las tres de la tarde a las familias allí congregadas. Niños y adultos por igual degustaron el tradicional plato cuyo intenso aroma podía sentirse desde lejos.

No cabía un alfiler en la carpa y también estaban ocupadas unas largas mesas accesorias colocadas en el exterior, lo que da una idea del éxito de esta propuesta, que cada año reúne a más comensales.

Entre la sobremesa y una visita a las casetas de restauración del Mercado de Navidad, que se inauguró el lunes, los más valientes ni siquiera pasaron por casa antes de regresar al Jardí de ses Eres para despedir la jornada con una torrada preparada por la parroquia.

Tan solo unos pocos comercios mantenían abiertas sus puertas ayer en la isla y, además, los centros escolares estaban cerrados, así que había muchos niños en la plaza con sus padres, abuelos y demás familiares disfrutando de un ambiente muy íntimo y seguro donde prácticamente todos se conocían. Con las festividades navideñas ya a las puertas, la celebración de Sant Francesc se consolida cada año como el pistoletazo de salida para unas semanas de diversión, reencuentros y mucha alegría que no han hecho más que empezar.