Arquitectura circular y adaptada en Formentera

El modelo constructivo que promueve el Instituto Balear de la Vivienda (Ibavi) se ha convertido en el centro de atención para expertos debido a que se basa en los principios de circularidad, reducción de emisiones y adaptación al cambio climático. Recientemente, la revista especializada Croquis dedicó un monográfico a esos proyectos promovidos por el departamento del Govern entre 2019 y 2023.

Los proyectos promovidos por el Instituto Balear de la Vivienda (Ibavi) en Formentera se han convertido en un referente y han generado un nuevo modelo arquitectónico que está siendo seguido con interés por este sector profesional. Un ejemplo fue el estreno del documental ‘Reusing Posidonia’ sobre las primeras 14 viviendas de protección pública construidas en la localidad de Sant Ferran, que fueron financiadas por la Unión Europea a través del programa Life y que se diseñaron bajo los principios de circularidad, reducción de emisiones y adaptación al cambio climático. Un proyecto que firmó el actual arquitecto del Ibavi, Carlos Oliver.

Formentera concede la licencia para las 17 viviendas de protección oficial de Sant Ferran

La presentación en Madrid de esta producción sobre el trabajo del Ibavi en los últimos años se celebró con motivo de la inauguración de la nueva sede de la Fundación Arquia. Al mismo tiempo, se estrenó un cortometraje, producido por Lalupa, dentro del ciclo organizado por Arquitectura en corto.

El impulsor de la iniciativa, Andrea Sassi, explicó a Diario de Ibiza que el proyecto de Formentera había despertado mucho interés entre los asistentes, un público especializados entre los que había arquitectos, diseñadores y estudiantes.

La idea de incorporar este cortometraje vino porque el pasado mes de marzo «la revista Croquis, que es un referente a nivel mundial de la arquitectura y que publica monografías de arquitectos famosos en todo el mundo, y concretamente su editor, se interesó por la obra del Ibavi porque le parecía sensacional lo que están haciendo. Esto en el mundo de la arquitectura es un hito», detalló Sassi.

Coloquio

Al coloquio posterior asistió Carles Oliver; la arquitecta de Taller11 (responsable del proyecto de las 17 viviendas de Sant Ferran), Sara Ferran Ballús; Albert Cuchí (profesor de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura del Vallés), y Marta Palacín (guionista y directora del documental), y fue moderado por el propio Sassi. «De las personas que intervinieron desde el público hubo elogios y una de las cuestiones importantes que se comentaron es que todos los sistemas que utiliza ahora el Ibavi revolucionan el modelo constructivo, pero en lugar de inventarse cosas nuevas miran al pasado», destacó el promotor de este encuentro.

La charla también sirvió para presentar la nueva promoción de 17 alojamientos dotacionales que el Ibavi ha iniciado en Sant Ferran. Es decir, que van destinados a colectivos que tienen una necesidad transitoria de vivienda, por norma general jóvenes o personas mayores.

En este caso, la construcción da una vuelta de tuerca a la idea de sostenibilidad y plantea varias novedades respecto a la anterior promoción, situada en la misma localidad y que ya utilizó posidonia para el aislamiento.

La arquitecta de Taller11, Sara Ferran, explicó que el proyecto nace de las propias bases que plantea el Ibavi para esta promoción de 17 alojamientos dotacionales, «cuando proponen utilizar los restos de roca que salen de la excavación del otro proyecto de Sant Ferran, material que se guardó».

Al plantear esta condición, que aumentaba la puntuación del concurso, empezaron a estudiar el problema: «Al final decidimos hacer unos muros de hormigón de cal (hormigón romano) y la tierra que vamos a usar la recuperamos. Esa era la idea de partida».

Los muros estructurales

A eso se suma toda la roca que va a salir en la propia excavación del nuevo edificio. Ferran detalla: «Luego están los muros estructurales porque el hormigón de cal no se puede armar, entonces serán muros muy gruesos, de unos ochenta centímetros, que tendrán dentro ese residuos de excavación».

Al tener un grosor tan importante, les permite dejar huecos para crear espacios para armarios, como tenían las casas payesas de Formentera. «El edificio tiene esos muros de 80 centímetros paralelos que separan las viviendas, los muros de los extremos y la fachada tienen propiedades aislantes», explicó la arquitecta.

Llegados a ese punto, los responsables del diseño del proyecto se encuentran en estos momentos en plena investigación «para hacer muros de hormigón de cal con posidonia. Están aligerados y al tener menos densidad funcionan como aislantes, pero necesitamos un grosor de unos 40 centímetros para conseguir hacer una fachada de un solo material que se autosustenta y es aislante».

La innovación en esa fachada es utilizar esa piedra con posidonia en su interior para aligerarla. Además, seguirán utilizando para el aislante de cubierta esta planta marina seca, protegida por la Unesco, que se recogerá la temporada que viene y se secará antes de su uso.

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