El quiosco de Cala Saona, uno de los más emblemáticos del litoral de Formentera, empezó a levantarse en la segunda semana de junio, cuando el Consell dio luz verde a los anteriores titulares para montar de nuevo sus instalaciones tras el retraso en la adjudicación del nuevo concurso de los servicios de playa, que sigue pendiente de resolución.
Pero si los cinco quioscos restantes de las playas de Formentera ya han abierto hace semana, la complejidad del montaje de este chiringuito de Cala Saona provoca que su apertura se retrase.
Uno de sus responsables avanzó ayer, mientras estaban montando los sistemas de conexión eléctrica, que no sabía cuándo abriría. Comentó que la estructura ya está acabada pero que aún queda la instalación de la maquinaria, la comprobación de que todo funciona, los pequeños detalles y luego ya la apertura: «No sabemos aún cuándo abriremos, esperamos que cuanto antes mejor. A ver si la próxima semana o antes», comentó esperanzado.
Este quiosco es uno de los más complejos de levantar ya que está literalmente suspendido sobre el acantilado, ofreciendo un auténtico balcón al mar. Toda la estructura se levanta sobre una serie de vigas de madera.
En el concurso público, pendiente todavía de adjudicar por la institución insular, este quiosco fue objeto de la propuesta económica más elevada. Una empresa de Ibiza ofreció un canon anual de 173.500 euros, cuando el precio de salida ascendía a apenas 20.000 euros al año.