El conseller balear de Medio Ambiente, Miquel Mir, manifestó ayer en Formentera que desde su departamento trabajan «con la máxima diligencia posible» para frenar la masificación que sufre la isla en los meses de verano con la consiguiente presión humana sobre el medio natural, especialmente el litoral, y que también se traslada al resto de las Balears.
«Creo que la capacidad de carga de las islas se está sobrepasando y hemos tenido años, antes de la pandemia, en los que los límites ya se vieron comprometidos», alertó Mir. El conseller avanzó que se trata de una cuestión que afecta a zonas asociadas a la costa y que, a veces, «tienen una disfunción competencial compleja y excesiva», entre las administraciones involucradas. Por eso insistió en la necesaria colaboración entre las distintas administraciones.
Admitió que desde su departamento constatan como, en los últimos veranos, se ha producido «un incremento de la masificación no solo en Formentera sino alrededor de todas las islas». Para proteger los espacios naturales, aseguró que con los agentes de medio ambiente (AMA), en coordinación con otras administraciones, intentan «fiscalizar y controlar estas actividades con multas que se aplican».
Miquel Mir reconoció las dificultades para abordar la masificación de los espacios naturales protegidos, una de las principales preocupaciones de su departamento: «Nunca tendremos [el Govern] capacidad para poder interferir en todos los incumplimientos si las Balears siguen teniendo un incremento de presión demográfica en verano y esto lo debemos decir de una forma plana y clara», subrayó.
Carpobrotus
El conseller de Medio Ambiente, realizó estas declaraciones a preguntas de los periodistas tras la presentación de la campaña de erradicación de la planta invasora Carpobrotus edulis, de la que han retirado 3,5 toneladas de las dunas de Formentera. Esta planta ornamental «afecta de manera importante a las especies de flora endémicas por su resistencia a la desecación y capacidad de cobertura», por lo que «hay que trabajar en la restitución de estos hábitats para favorecer la presencia de especies propias en estas valiosas áreas litorales», subrayó Mir.
El plan de erradicación de esta planta en Formentera comenzó hace décadas, pero entre 2021 y 2024 se ha destinado un presupuesto de 141.500 euros que se está ejecutando por el Consorcio de Recuperación de Fauna de les Illes Balears (Cofib). El 2021 se dedicó a hacer la prospección de toda la isla para localizar la especie, pese a lo cual todavía quedan por prospectar zonas de difícil acceso como acantilados o islotes.
