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Javier González, voluntario en La Palma: «Ahora está el volcán social»

El notario de Formentera ha dado fe de propiedades particulares engullidas por la lava y las cenizas del municipio de El Paso

El notario de Formentera voluntario en la notaria provisional de El Paso en La Palma J.G.G.

El notario de Formentera, Javier González Granado, acaba de regresar de la isla canaria de La Palma, donde ha estado trabajando como voluntario para el Consejo General del Notariado (CGN) en una de las tres notarías provisionales destinadas a documentar las propiedades perdidas por los vecinos de los municipios afectados por la erupción del volcán Cumbre Vieja: El Paso, Los Llanos de Aridane y Tazacorte.

El notario, Javier González, junto a Sonia Díaz y José Manuel Lorenzo, funcionarios locales. J.G.G.

El notario destaca que la iniciativa «es colectiva y corporativa» y que para que él pudiera cumplir esa misión tuvieron que venir tres notarios a Formentera a sustituirle: «María Antonia Roa, José Antonio Alba y María Dolores Fraile, y hay que citarlos porque también he arrastrado voluntariado» hacia su notaría.

En La Palma atendió a los afectados del municipio de El Paso y su experiencia, relata, ha sido «inigualable en los profesional y muy profunda en lo personal». No sólo por lo profesional, ya que la circunstancia es extraordinaria, sino también por lo humano y por el contacto con los vecinos de El Paso, «que están serenos y expectantes».

Desde su punto de vista, considera que ahora puede empezar «el volcán social que es necesario atender», que es el que subyace ante tanto dolor cuando se borran los espacios de vida y la memoria de muchas familias que en los últimos meses están desubicadas, realojadas en hoteles, en casas de amigos o de familiares. «Mucha gente se ha quedado con lo puesto», describe.

Al llegar a su destino provisional, relata que en la oficina montada «todo funciona un poco en precario, con conexión a Internet inestable y fallos del sistema, a veces, pero con dos funcionarios asignados por el Ayuntamiento y por el Catastro para colaborar con nosotros que son absolutamente fantásticos y que tienen perfectamente estructurada la forma trabajar». «También me encuentro a mi compañera cesante que me hace el traspaso de poderes y me pone al día».

El Consejo General del Notariado va a mantener, sin fecha, toda esta cadena de notarios voluntarios para atender la emergencia surgida con la erupción del volcán. Javier González no descarta que le vuelvan a llamar porque sigue apuntado en la lista de voluntarios y está dispuesto a volver.

Desde el punto de vista técnico, el trabajo que desarrollan estos notarios consiste en «asesorar a la gente afectada por la erupción volcánica en relación a las posibles indemnizaciones o reclamaciones a las que tienen derecho». Durante su estancia atendió a veinte familias de las que resolvió el caso de quince y los cinco restantes quedaron encarrilados para el notario que le relevó.

«Asesorar a la gente afectada por la erupción volcánica en relación a las posibles indemnizaciones o reclamaciones a las que tienen derecho»

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Los casos a los que se enfrentan son variados. Por una parte están los propietarios que tienen su escritura pública perfectamente regularizada, y en estos casos «se envía un tasador que colabora con nosotros».

Pero la gran mayoría son casos más complejos, como quienes teniendo escritura no la tienen actualizada o bien de personas que ni siquiera tienen escritura. En estos casos detalla que «se les prepara un documento complementario de su escritura si la tienen o bien un documento autónomo donde se declara que son propietarios de lo que había en el momento inmediatamente anterior a la erupción». Para justificar este documento se recurre a todo tipo de pruebas como documentos privados, fotografías, expedientes administrativos, informes de la policía, certificados catastrales, planimetría, testigos y finalmente se publican anuncios en el Ayuntamiento que hacen públicas las actuaciones.

Más allá de la experiencia profesional, Javier González dice que a la gente «lleva mucho dolor contenido pero están serenos, esperanzados y expectantes sobre cuándo se van a concretar, de manera efectiva, todas las ayuda prometidas». Admite que el proceso es lento ya que es necesario que acrediten sus derechos. Y él ha puesto su granito de arena.

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