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Arqueología

La excavación de es Cap II saca a la luz 9.500 restos de conchas

El arqueólogo ibicenco Pau Sureda presenta el resultado de sus últimas investigaciones sobre el poblado prehistórico

Imagen de archivo de la excavación del poblado prehistórico de es Cap II.

Imagen de archivo de la excavación del poblado prehistórico de es Cap II. / C. C.

Formentera

El yacimiento arqueológico es Cap de Barbaria II, del 1.800 antes de Cristo y cuya primera fase de excavación, recuperación y 'museización' concluyó hace tres años por parte del equipo de arqueólogos y especialistas agrupados bajo el nombre Arqueobarbaria, sigue siendo una fuente de datos para completar la prehistoria de Formentera. Entre otras curiosidades, durante los cuatro años de excavación extrajeron unos 9.500 restos de conchas de 45 especies de moluscos distintos.

La pasada semana, el director de la excavación participó en la VI Reunión Científica de Arqueomalacología de la Península Ibérica, celebrada en Palma. Se trata de una especialidad de la arqueozoología que estudia los restos de moluscos en yacimientos arqueológicos.

El director del proyecto de es Cap II, Pau Sureda, presentó en ese encuentro una ponencia titulada: 'Evidencias arqueofaunísticas de origen marino en Cap de Barbaria II durante la Edad del Bronce'. El experto explicó que en los últimos años han seguido trabajando en el proyecto procesando todo el material que habían extraído : «Hemos estudiado, sobre todo, los recursos marinos, es decir la presencia de conchas, restos de peces y aves».

Recordó que durante las excavaciones de es Cap II el tipo de resto que más salió fueron las conchas, ya que esos primeros habitantes «explotaron muy intensamente los recursos del mar, tenemos hasta 45 especies diferentes de conchas identificadas y la mayoría eran para ser consumidas, pero hubo otras que se utilizaron para hacer colgantes y pequeños amuletos de ornamento personal». Durante los trabajos también hallaron una caracola de mar que seguramente se utilizaba como ' corn de brular', «aunque no podemos asegurar aún que se utilizara para eso, ya que no era una especie que se usara para comer, lo que nos llevaría a un uso diferencial de esta especie», precisó. En las investigaciones también han encontrado restos de esqueletos de ocho peces, la mayoría de la familia de los sargos, «que se conservan muy mal porque son más frágiles y también hay restos de 'virot' que pensamos que también pudo ser consumido en la prehistoria».

Ahora están trabajando para determinar cuál era la dieta de estos pobladores, para lo que están haciendo «estudios de dieta con los restos humanos encontrados en la cueva 127», en 2016, situada en un acantilado de la Mola. Los restos allí encontrados se relacionan con la misma época que es Cap II «y sabemos que los productos del mar, como dieta, deberían ser mucho más importantes para la gente de Formentera que para el resto, donde tenían capacidad agrícola y ganadera», como en Mallorca o la Península.

Restos de tres individuos

Restos de tres individuos

En la excavación de la cueva 127 encontraron restos de tres individuos, y uno de ellos correspondía a una mujer de entre 25 y 30 años: «Hemos podido datarlos en la época del Bronce antiguo, es decir 1.800 o 1.600 antes de Cristo», aseguró. Sobre estos restos continúan realizándose «estudios de ADN, de dieta, también de dentadura, lo que nos permite acercarnos a cómo fue la vida de esta persona», subrayó Sureda.

Este estudio genético saldrá en los próximos meses con un artículo en la revista científica Nature. Pau Sureda señaló que ahora tienen que profundizar sobre los restos de es Cap II, «con diversas analíticas que nos permitan profundizar más, además hay que restaurar y museizar el yacimiento», proyecto que presentarán este mes al Consell.

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