El pasado martes se publicó en el Butlletí Oficial de les Illes Balears (BOIB) el Código ético y de buen gobierno del Consell Insular de Formentera, aprobado de manera definitiva en el último pleno de julio. El texto tiene como objetivo principal garantizar que todos los servidores públicos se rijan por principios de imparcialidad, lealtad institucional, responsabilidad y austeridad y pretende «favorecer el desarrollo de una administración insular transparente, eficaz y eficiente», según explicó ayer el Consell en un comunicado.

El reglamento pretende ser un instrumento de autorregulación y para ello define principios y normas de actuación para favorecer el buen hacer político. Los cuatro ejes que estructuran las reglas son la ejemplaridad, la excelencia, la proximidad y la rendición de cuentas.

A pesar de que el código está destinado a todos los trabajadores públicos del Consell, con independencia de sus funciones, solo presidencia y consellers deberán adherirse al documento de manera expresa, individual y obligatoria. También son destinatarios del reglamento aquellas entidades vinculadas o dependientes del Consell.

Una parte importante del texto está dirigida a prevenir y detectar la corrupción. Para ello, se contemplan normas que prohíben explícitamente el aprovechamiento de un cargo político para beneficio propio así como obtener favores, o aceptar regalos. Del mismo modo, comidas y viajes por parte de cargos políticos deberán hacerse públicos. Algo que en el pasado ya fue motivo de discrepancias cuando Bartomeu Escandell, entonces conseller de Presidencia y Hacienda, aceptó «por cortesía» una entrada al palco VIP para la final de Champions League entre el Paris-Saint Germain y el Barcelona que le ofreció la empresa privada Aqualia.

Para revisar y garantizar el buen hacer político, se ha creado una Comisión de ética y buen gobierno. Sobre el documento, Rafa Ramírez, conseller de Transparència, indicó que «es el primer documento de este tipo que tiene el Consell de Formentera» y ha añadió que «se trata de un documento abierto que tendrá que revisarse e irse completando de manera recurrente», según las exigencias de los hechos y la sociedad.

Algo que desde el Consell consideran necesario para «reforzar la imagen de integridad y fortalecer la confianza de la ciudadanía en sus instituciones».

Medidas concretas

Medidas concretas

El Código ético y de buen gobierno recoge un total de 37 reglas complementadas por otras 18 más relativas a la buena gobernanza y que se encuentran incluidas en el Capítuo IV del texto. Entre ellas, figuran normas relativas a la integridad, otras para medir la imparcialidad y el interés subjetivo y las que regulan la conducta personal de los servidores públicos.

A éstas les siguen aquellas que hablan sobre la responsabilidad, las que garantizan la lealtad institucional, las que velan por la transparencia y por último la que entran en materia de sostenibilidad.

Algunas de las medias más destacables, a parte de las ya mencionadas, son la prohibición de usar publicidad encubierta en la comunicación institucional o la necesidad de procurar el ahorro energético.

Asimismo, actuar con el máximo consenso político posible o garantizar el cumplimiento de los plazos pueden llegar a suponer un verdadero reto político.